Mano biónica
Una prótesis biónica que se controla a distancia y funciona separada del cuerpo
La nueva generación de brazos artificiales incorpora tecnología inalámbrica y rotación total de muñeca, mejorando la movilidad y autonomía de personas amputadas.

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La ingeniería médica sigue dando pasos decisivos para transformar la vida de quienes han sufrido amputaciones. Open Bionics, una compañía especializada en el diseño de prótesis avanzadas, ha desarrollado un nuevo modelo de mano biónica que puede funcionar incluso cuando está separada del cuerpo. El prototipo ya ha sido probado por una joven usuaria que perdió ambas manos por una meningitis durante su infancia y que hoy se ha convertido en una de las principales impulsoras de este proyecto. Su experiencia ha permitido mejorar el diseño hasta hacerlo más funcional, preciso y cercano a las necesidades reales de los usuarios.
Tras cuatro años de trabajo, la empresa ha presentado dos modelos de prótesis: Hero PRO y Hero RGD. Ambos dispositivos incorporan mejoras notables en velocidad de respuesta, resistencia al agua y conectividad inalámbrica. Uno de los elementos más destacados es la rotación de muñeca de 360 grados, que permite un rango de movimiento más amplio, especialmente útil en tareas cotidianas como atarse los cordones, abrir una botella o escribir en un teclado.
Además, la posibilidad de controlar la mano de forma remota, gracias a sensores inalámbricos que recogen la actividad muscular, representa una innovación significativa. Estos sensores, llamados MyoPods, se colocan sobre la piel y detectan las señales eléctricas generadas por los músculos. Cuando el usuario piensa en mover los dedos, la prótesis responde de forma inmediata, replicando el movimiento.
Dos modelos adaptados a diferentes necesidades
El Hero PRO está pensado para un uso diario y flexible. Sus capacidades lo hacen adecuado para personas que necesitan un dispositivo ágil y preciso en tareas comunes. Por su parte, el Hero RGD ha sido diseñado para soportar condiciones más exigentes. Su estructura es más robusta y está pensada para entornos donde se requiere fuerza, precisión y una mayor resistencia al desgaste.
Ambos modelos comparten una filosofía común: facilitar la integración de las prótesis en la rutina del usuario. No se trata solo de movilidad, sino de recuperar parte de la normalidad que una amputación suele alterar. Desde encender una luz hasta usar un teléfono móvil, estas manos biónicas permiten que quienes las utilizan no dependan tanto de otras personas.
La influencer que ha participado en el desarrollo del proyecto no solo ha probado la tecnología, sino que ha contribuido activamente a moldearla. Su caso es ejemplo de cómo la colaboración entre pacientes y fabricantes puede dar lugar a soluciones mucho más adaptadas a la realidad. Su visibilidad pública, además, ayuda a cambiar la percepción social sobre las personas con discapacidad, mostrando cómo la tecnología puede convertirse en una aliada para la inclusión y la independencia.
Estos avances no solo suponen una mejora técnica. Son una respuesta concreta a la necesidad de herramientas accesibles, funcionales y humanas para quienes han perdido una parte de su cuerpo.
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