Rodeados de hologramas, materiales que se autorreparan y absorven la contaminación

Ha cambiado nuestra vida radicalmente en los últimos años y la tecnología promete seguir haciéndolo. Para que nuestro entorno adquiera otro aspecto muy distinto solo hay que esperar unos años. Por ejemplo hasta 2020.

Entonces será más común utilizar fuentes humanas de energía. La que producimos al andar o al ir en bici se podrá captar y almacenar para después cargar, por ejemplo, nuestros dispositivos móviles.

Ya no nos sorprenderá ver cómo los edificios se pintan con materiales capaces de absorber la contaminación, o cómo las carreteras se construyen con materiales que se autorreparan. Vestir tejidos que repelen la suciedad será parte de nuestro día a día.

Esos aparatos llamados drones ya los hemos visto volar en los últimos años, ahora son capaces de repartir a domicilio, pero prepárense para que esto se convierta en cotidiano. Como también lo hará el coche autónomo. Puede que haya que esperar a que se abarate su producción y usen hidrógeno como combustible. Y algo más, unos 10 años según la NASA, para que veamos vehículos capaces de moverse por el aire y por el suelo.

En 2020 ya no habrá casi vehículos sin wifi, reconocedor de voz, pantallas digitales y hologramas, que nos acompañarán también en nuestras casas y ciudades cada vez más inteligentes, eficientes y autosuficientes. Como en una isla del Pacífico que funciona 100% con energía solar. Ya es una realidad, pero para ver y convivir con el resto, solo habrá que esperar. Puede que menos de lo que nos imaginamos.