Samsung infringió con sus teléfonos móviles varias de las patentes del iPhone de Apple, por lo que deberá indemnizar a la empresa estadounidense con 119,6 millones de dólares (unos 86 millones de euros), según dictaminó el jurado popular de la corte federal de San José (California) donde se celebra el juicio. El jurado consideró que Samsung copió en todos sus teléfonos inteligentes dos de las prestaciones del iPhone de las cinco por las que Apple acusó de plagio a la surcoreana, mientras que sólo copió en algunos de sus modelos otra de las prestaciones y no lo hizo con las dos restantes.
Este veredicto da la razón al gigante estadounidense pero sin dañar en exceso los intereses de su mayor competidor. De los 2.200 millones de dólares (1.600 millones de euros) que la empresa estadounidense reclamaba a sus competidores surcoreanos, sólo obtendrá como indemnización poco más del 5%, una cifra que en ningún caso pone en riesgo los planes de futuro de Samsung en los mercados estadounidense y mundial. En ningún caso se le prohíbe seguir fabricando sus modelos de teléfonos inteligentes como viene haciendo hasta ahora ni comercializarlos en EE.UU., el principal objetivo que Apple persigue desde que empezó a litigar con Samsung por las patentes en 2011.
Cuando Samsung lanzó su primer modelo de la serie Galaxy en 2009 -dos años después de que el iPhone de Apple hubiese salido a la venta- la cuota de mercado de telefonía móvil en EE.UU. del gigante surcoreano era inferior al 5 %. Cinco años después, en 2014, Samsung controla entre el 25 % y el 30 % del mercado estadounidense, y se ha alzado como el mayor rival de Apple en este campo.
El principal argumento que Apple ha sostenido durante este juicio es que el gran crecimiento experimentado por Samsung durante los últimos años se debe a las prestaciones en sus modelos de teléfono que copió del iPhone, tales como el "deslice para desbloquear", los "enlaces rápidos" o las "sugerencias de palabras", lo que a su vez restó cuota de mercado a Apple y le perjudicó económicamente.
Por su parte, Samsung se esforzó en relativizar el impacto que esas características tienen sobre la decisión de compra del consumidor, y los abogados de la firma surcoreana fijaron como elementos que determinan la compra aspectos como el precio, la duración de la batería y el sistema operativo, pero en ningún caso las prestaciones patentadas por Apple.
La victoria de Apple en los juzgados tiene un carácter fundamentalmente simbólico, puesto que viene a apuntalar la tesis que sitúa a la compañía de la manzana mordida como la auténtica revolucionaria de la telefonía móvil de la última década, pero no por ello le reconoce ventajas competitivas respecto a sus rivales.
"La sentencia refuerza lo que ya han dicho tribunales de todo el mundo: que Samsung nos robó deliberadamente nuestras ideas y copió nuestros productos", indicó poco después de conocerse el veredicto la portavoz de Apple Kristin Huguet en un comunicado. "Estamos luchando para defender el duro trabajo que acarrean productos tan queridos como el iPhone, al que nuestros empleados han dedicado sus vidas, para diseñarlos y ponerlos a disposición de nuestros clientes", concluyó Huguet.
De las cinco patentes que Apple reclamaba, el jurado resolvió que todos los teléfonos móviles de Samsung copiaron la prestación de "enlaces rápidos" del iPhone, que ninguno copió las prestaciones de "búsqueda universal" y "sincronización de fondo", y que sólo algunos de los modelos de la surcoreana plagiaron la prestación "deslice para desbloquear" de los teléfonos de la estadounidense. En cuanto a la prestación "sugerencias de palabras", el jurado consideró que Samsung no sólo había plagiado a Apple, sino que la copia había sido "intencionada".
A nivel mundial, Samsung domina el mercado de los teléfonos inteligentes, y, según datos de la empresa especializada Strategy Analytics, un 31 % de los móviles adquiridos en todo el planeta durante el primer trimestre de 2014 eran de esta empresa, mientras que Apple quedó en segundo lugar con un 15 % de las ventas.