A tres de cada cinco españoles les gustaría que un dispositivo inteligente les hiciera la compra por ellos

Un reciente estudio de Worldpay revela que tres de cada cinco españoles (un 58%) se sentiría cómodo si un dispositivo inteligente de su hogar, como un frigorífico conectado, comprase artículos por ellos.

El país está mayoritariamente a favor de las tecnologías conectadas; solo el 27% de los encuestados afirma que no se sentiría a gusto si otorgara tal nivel de autonomía a sus dispositivos. Mientras que un número de consumidores cada vez mayor acoge de buen grado el potencial de los dispositivos conectados, aunque quedan algunas inquietudes en torno a la seguridad y la privacidad de los datos.

El estudio de Worldpay ha observado que el 71% de los españoles se preocupa por el hecho de que los fabricantes de dispositivos compartan sus datos personales, a la vez que el 76% teme que dichos dispositivos puedan ser 'hackeados'.

Aunque no cabe cuestionarse el entusiasmo del país por las tecnologías conectadas, la responsabilidad de tranquilizar a los clientes otorgándoles el control de sus dispositivos recae sobre las empresas. El 55% de los españoles afirma sentirse más propenso a adoptar dispositivos conectados si puede definir reglas que regulen lo que se compra y cuándo. Rogier De Boer, vicepresidente de Desarrollo de Negocio en EMEA en Worldpay, afirmó lo siguiente: "Con independencia de si lo hace una máquina o un humano, es fundamental que los consumidores sigan teniendo el control cuando delegan las tareas de compra. Nuestra investigación ha observado que siempre hay un "acto de consentimiento", ya sea mediante una notificación de pedido, un límite de gasto o reglas predefinidas que se aceptan por anticipado.

La belleza de los avances tecnológicos conlleva que existen numerosas oportunidades para que los asistentes virtuales y los dispositivos conectados faciliten la vida a los consumidores. Si estos dispositivos conectados también pueden ofrecer a los consumidores un servicio del tipo "conserje" que reduzca las tareas administrativas y menores de la vida cotidiana, no hay motivo para que los consumidores no deseen cambiar su comportamiento y delegar algunas de las responsabilidades de la compra; al fin y al cabo, a todos nos gusta disponer de un poco más de tiempo para nosotros mismos".