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Boda viral en Galicia: una cosechadora lanza kilos de papel a los novios

Los amigos de la pareja llevaron la máquina hasta la iglesia y cambiaron el arroz por papel. El párroco fue el que grabó el vídeo.

Boda viral en Galicia

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Los más tradicionales continúan sacando el arroz. Algunos le dan un toque de color con los pétalos de flores e incluso hay quien busca un efecto diferente en las fotos con pompas de jabón. El confeti es otro clásico en las bodas, aunque en algunos sitios no está permitido debido a lo complicado que resulta limpiarlo.

Por suerte no había ninguna normativa a este respecto en la iglesia de Santiago de Sa, en el ayuntamiento lucense de O Páramo. En lo último en lo que estaban pensando los amigos de Johana y José Luis era en cómo iba a quedar el entorno una vez terminada su sorpresa. O sí. ¿Quién sabe? La idea era que la boda se recordase y eso, no hay duda, está conseguido.

Prácticamente enterrados en papel

Una tremenda lluvia de papel recibió a los recién casados al terminar la ceremonia. No la echaron a mano, ni siquiera con cubos. Hasta el lugar trasladaron una enorme cosechadora, ni más ni menos, que prácticamente enterró a la pareja en papel.

Se trata del tipo de máquina con la que José Luis trabaja habitualmente. Es su compañera de trabajo y, por lo visto, tenía que estar también entre los invitados a la celebración.

El párroco, José Manuel Castro Alba, amante de las tecnologías y las redes, no pudo evitar sacar su teléfono móvil y hacer un vídeo que no tardó en hacerse viral.

Los artífices se comprometieron a recoger todo el papel

Aseguran los amigos que a la pareja le encantó la sorpresa y que dicen algunos que el novio incluso lloraba. Entendemos que de la emoción.

Lo que no se puede negar es el empeño de los autores. Días estuvieron recogiendo el material. Recorrieron supermercados, puntos limpios, empresas… Incluso traspasaron fronteras. Tuvieron que salir de la provincia de Lugo y buscar en Coruña más material. Todo papel era poco para el objetivo.

No tienen un cálculo en cantidad. Sí en tiempo

La semana antes de la boda tocó preparar paquetes de metro y medio de largo para poder meterlos en la máquina trituradora sin arriesgarse a acercarse demasiado. Desde las 10 de la noche hasta las 3 de la mañana. Cinco horas diarias dándole al papel. Una media jornada de trabajo que dieron por cobrada cuando les vieron las caras a sus amigos.

Aseguran que no hubo ningún drama en peinados, trajes o maquillaje, y también que ellos mismos se comprometieron a recoger el entorno. Las risas, sin duda, no faltaron.

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