Si te dijeran que mañana podrías morir, ¿cambiarías algo de la última jornada que acabas de vivir? Esta es la reflexión propuesta por el fotógrafo español Pedro Correa en un discurso pronunciado el pasado 28 de noviembre en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y que ha causado furor en las redes sociales por el mensaje que transmite sobre la búsqueda de la felicidad.
"El mundo no necesita más luchadores, necesita soñadores"
El español Pedro Correa llegó a hacerse una pregunta después de que su vida diera un gran giro por la muerte de su padre. "Él tenía 56 años y yo 29. Un día estaba fuerte como un roble y al día siguiente se marchó. Todos sabemos que somos mortales, pero una cosa es saber que somos mortales y otra que vamos a morir. Ese día mi voz interior hizo enmudecer a todas las demás voces y me preguntó sin rodeos: ¿Ahora que ya sabes que puedes morir mañana, cambiarías algo de la última jornada que acabas de vivir? Es imposible vivir como antes cuando te preguntas esto al final de cada día", dice Pedro Correa en su discurso.
Aunque empezó su mensaje asegurando que con sus palabras no pretendía dar consejos ni lecciones a nadie, el vídeo de su discurso acumula ya más de cinco millones de reproducciones tan solo en Facebook.
Aseguraba en sus primeras palabras que "los mayores no tenemos nada que enseñaros a los jóvenes, más bien al revés: debemos prestaros más atención. Nos queda todo por aprender de vosotros" y, tras unas bromas que lograron captar la atención del público, cambió de tono.
"Cuando me levanto para hacer mi trabajo me quedo absorto sin sentir el paso del tiempo"
Correa explicó que cuando era estudiante siempre le hablaban de los mismos conceptos: seriedad, sacrificio, competitividad y perfección. Sin embargo, ahora han cambiado y los conceptos que realmente importan en las clases son "sentido, felicidad o alegría en el trabajo".
"Desde hace cinco años Bélgica gasta más presupuesto nacional en enfermedades de larga duración (depresiones), que en gastos relacionados con el paro", explica este fotógrafo, que no dudó en buscar las razones de esta estadística y que llegó a la conclusión de que "aunque nos digan que el problema es el desempleo, la realidad nos muestra que cuando salgáis de aquí tendréis más posibilidades de caer enfermos o deprimidos por culpa de vuestro trabajo que de no encontrar trabajo".
En su discurso, este fotógrafo explica además que poner términos como la perfección, la competitividad o el sacrificio en el centro de nuestras vidas solo lleva a la tristeza, el cansancio y a la depresión.
"Yo solo tengo la prueba de mi propia felicidad. Cuando me levanto para hacer mi trabajo me quedo absorto durante horas sin sentir el paso del tiempo", asegura el español, que explica que "para alcanzar la felicidad" tuvo que darse cuenta de que "la felicidad se trabaja, no cae del cielo mientras miramos cómo nuestra vida pasa por raíles construidos por otros".
Es por ello que Correa defiende que lo más importante para alcanzar la felicidad es hacer algo que nos llene y llama a aprovechar el tiempo sin atarse a trabajos que no te hacen feliz.
De hecho, se pone de ejemplo a sí mismo. Fue cuando murió su padre cuando dejó la ingeniería para hacerse fotógrafo urbano porque "el mundo no necesita más luchadores, necesita soñadores, personas capaces de reconstruir y de cuidar y, sobre todo, necesitamos más que nunca personas que sean felices".