SU NUEVO ROSTRO
El antes y el después de Paola Olmedo tras operarse la cara: un cambio impactante
Paola Olmedo ha mostrado su nuevo rostro tras someterse a una operación de siete horas. Un antes y después impactante que, aunque ha mejorado su salud, es difícil de aceptar psicológicamente, ya que no se reconoce.

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"En fotos no me reconozco, es más raro todavía", ha confesado Paola Olmedo a Lecturas tras someterse a una compleja operación de casi siete horas y enfrentarse a una recuperación larga y dolorosa. El motivo no era estético: Paola sufría una malformación que afectaba a su garganta y oído, y que, de no haberse tratado, podría haberla dejado sorda. Por eso, finalmente tomó la decisión de pasar por quirófano y aceptar un cambio impactante.
La intervención fue más compleja de lo previsto. Los cirujanos tuvieron que actuar sobre más partes del rostro de las que se habían planteado inicialmente, y el resultado ha sido una transformación total. "No me esperaba tanto cambio, es muy brusco", ha admitido en la exclusiva de la revista. Pero ya no hay vuelta atrás: tanto ella como su entorno deberán acostumbrarse poco a poco a esta nueva versión de Paola Olmedo.

¿Cómo era antes?
Tal y como nos explicó en su momento nuestra experta en medicina estética Delia Arama, Paola presentaba un crecimiento excesivo del maxilar superior, una condición conocida como hiperplasia maxilar. Un tipo de malformación que afecta tanto a la estética como a la salud.
En su caso, provocaba que se viera demasiada encía al sonreír, los dientes sobresalieran hacia delante, y la mordida estuviera alterada. Esto generaba una desproporción evidente en el rostro, con el tercio medio mucho más prominente. Además de la incomodidad estética, también conllevaba dificultades respiratorias y auditivas.

¿Y cómo es ahora?
Después de la cirugía, el maxilar superior de Paola se ve mucho menos voluminoso, lo que ha cambiado por completo la armonía de su rostro. Su cara, aún algo inflamada, tiene una forma más ovalada y simétrica, que permite que sus ojos destaquen y se vean más grandes.
Por otro lado, está su nueva nariz. Aunque al principio se iba a quedar como la tenía, finalmente también la tuvieron que tocar, quedando algo más ancha. "El cirujano me comenta que la nariz quedaba rara y me la han tenido que tocar también", ha revelado la empresaria a Lecturas.
Y por si todo esto no fuera poco, Paola ha perdido dos kilos durante el postoperatorio, puesto que tenía mucho dolor y algunas partes del rostro paralizadas y no podía comer. Aún le queda una rehabilitación larga por delante, tanto física como mental, pues, aunque el cambio ha mejorado notablemente su imagen, ha sido tan radical que es comprensible que el impacto psicológico sea fuerte.
Adaptarse a un nuevo rostro no es fácil, y llevará tiempo. Pero con paciencia y acompañamiento, Paola irá poco a poco acostumbrándose —y abrazando— a su nuevo yo.
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