Esta es la razón por la que cuando eras una niña te ponías más morena y ahora te salen más arrugas

¿Qué es lo que más recuerdas de los veranos de tu infancia? Un sinfín de horas de juegos, helados, jornadas maratonianas en la playa o en la piscina, excursiones a la montaña, visitas al pueblo... Seguro que en algún rincón de casa hay un álbum de fotos de aquellos días en los que sales con una gran sonrisa, alguna mancha de chocolate en la ropa y tremendamente morena.

¿Cómo conseguías ese radiante bronceado? Ahora nos dedicamos en cuerpo y alma a cuidarnos la piel, invertimos en cosmética y nos esforzamos por coger algo de color de forma segura, pero no hay manera de conseguir ni una aproximación a ese moreno brillante y saludable que lucíamos de pequeñas.

Si te estás preguntando la razón, la ciencia te da una respuesta clara: con los años, los melanoncitos, las células que producen melamina, se van muriendo.

¿Qué son los melanoncitos y cuál es su función?

Los melanocitos son células ubicadas en la capa basal de la epidermis y su función principal es la producción de melanina. "La melanina no solo es la que nos permite broncearnos, también es una pieza clave para el sistema de defensa natural de nuestra piel, ya que actúa como una barrera protectora que absorbe y dispersa los rayos UV y protege las células más profundas de los daños que pueden ocasionar", señala la cosmetóloga de Byoode, Lara González.

Los 25: la edad en la que empiezan a morir los melanoncitos

Durante la infancia, la adolescencia y en la temprana juventud, los melanoncitos trabajan a plenos rendimiento; sin embargo, a partir de los 25 años, estas células comienzan a disminuir progresivamente y, según Mireia Fernández, directora dermocosmética de Boutijour, se estima que a partir de los 25 años, cada década se mueren el 10% de los melanoncitos que viven en nuestra epidermis.

Muchas personas pueden pensar que la muerte de estas células simplemente corresponde con un proceso normal del envejecimiento de la piel; no obstante, es más trascendental de lo que en un primer momento parece porque implica una protección natural menos eficiente contra los rayos solares.

"Nuestra piel se vuelve más vulnerable a los efectos nocivos del sol, es decir, las cascadas de envejecimiento prematuro, las manchas solares, además de la pérdida de firmeza y la elasticidad", explica Sole Urrutia, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme.

Cómo proteger la piel ante la pérdida de melanoncitos

Como seguro que te has imaginado, la mejor manera de proteger la piel ante la disminución de las células que nuestro organismo dispone para protegernos por nosotros mismo, es la aplicación de cremas solares con un alto índice de fotoprotección.

Además, si quieres completar la rutina con antioxidantes, evitarás las consecuencias de los radicales libres generados por el sol, tales como la aparición de arrugas tempranas, la pérdida de elasticidad y la flacidez. Para ello, Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD, sugiere que "complementemos la rutina con antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, la niacinamida o el ácido ferúlico".

"Estos antioxidantes, además de tópicos, también pueden ser ingeridos a través de nutricosméticos. De esta manera, haremos doble vía de protección de la piel: desde el interior y desde el exterior. Es súper útil introducir suplementos ricos en antioxidantes como la vitamina E o la astaxantina, por ejemplo", concluye Sole Urrutia, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme.

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