PEQUEÑOS CAMBIOS
Más allá de los serums: Cómo el estilo de vida influye en la salud de tu piel
No todo se trata de serums y cremas en tu rutina de cuidado facial. Factores como la higiene de tu almohada, tu alimentación y cómo te lavas la cara son cruciales para mantener una piel saludable. Descubre los cambios simples y efectivos que pueden transformar tu piel.
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Nos hemos acostumbrado a creer que llenar nuestro tocador de serums y cremas resolverá todos nuestros problemas de piel. Sin embargo, a menudo ignoramos otros aspectos fundamentales de nuestro estilo de vida que tienen un gran impacto en nuestra piel. Si a pesar de usar productos con retinol y ácido salicílico sigues teniendo granitos o rojeces, es posible que haya otros factores en juego. Desde la higiene de tu almohada hasta la temperatura del agua con el que te lavas la cara, vamos a explorar cómo mejorar tu piel de manera integral.
La higiene de tu almohada
Uno de los cambios más simples y efectivos que puedes hacer es cambiar la funda de tu almohada con frecuencia. La directora dermocosmética de Medik8, Estefanía Nieto, señala que "la funda de la almohada es el caldo de cultivo perfecto para las bacterias. Al estar en contacto con ella cada noche, se acumulan células muertas, gérmenes y residuos cosméticos". Esto puede contribuir significativamente a problemas como los granos o las rojeces.
Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode, añade que "muchos casos de acné y rosácea se deben a una mala higiene de la almohada". Para evitar esto, Marta Agustí de Boutijour recomienda cambiar la funda de la almohada cada dos o tres días. Con este simple cambio, Mireia Fernández de Omorovicza asegura que "veremos cómo nuestra piel se ve muchísimo más equilibrada, e incluso se puede retrasar el envejecimiento causado por bacterias y procesos inflamatorios".
Nutrición y piel
Sole Urrutia, directora nutricional de Advanced Nutrition Programme, enfatiza que "hasta el 70% del estado de nuestra piel es responsabilidad del cuidado interno y de la alimentación". Esto significa que lo que comemos juega un papel crucial en la salud de nuestra piel. Raquel González de Perricone MD sugiere seguir una dieta antiinflamatoria rica en pescados con omega-3, verduras de hoja verde, y proteínas de alta calidad como las claras de huevo.
Para aquellos que no pueden obtener todos los nutrientes necesarios solo a través de la dieta, los nutricosméticos son una excelente opción. Estos suplementos permiten ingerir altas concentraciones de sustancias beneficiosas en una sola cápsula, complementando nuestra dieta y mejorando significativamente la salud de nuestra piel.
La importancia de una buena limpieza facial
No solo es importante el tipo de limpiador que utilizas, sino también la temperatura del agua y cómo te secas la cara. Natalia Abellán de Rosalique explica que "la temperatura aconsejada es de 30 °C. Es ideal para fundir las impurezas sin alterar la función barrera de la piel". El uso de agua demasiado caliente puede causar hipersensibilidad y romper la cadena de hidratación de la piel, provocando irritación.
Además, la forma en que secas tu rostro es crucial. Mireia Fernández de Omorovicza recomienda "secar siempre a toques, con una toalla suave que se lave a diario o cada dos días". También puedes usar papel de cocina para secar la piel de manera suave, evitando irritaciones.
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