HIDRATACIÓN
¿Piel deshidratada? Terapia de choque para que recupere su elasticidad
La piel deshidratada puede aparecer en diferentes momentos de la vida y producir síntomas similares a los de las quemaduras solares. Si es tu caso sigue estos consejos para combatir la deshidratación y volver a lucir un rostro saludable e hidratado.
Publicidad
Diferencias entre piel seca y piel deshidratada
No es lo mismo tener la piel seca que deshidratada. De hecho, muchas mujeres con pieles mixtas o incluso grasas pueden presentar también deshidratación, cosa que requiere una terapia de choque urgente para poder llegar a las capas más profundas de la dermis y mitigar los síntomas, que pueden llegar a ser muy molestos. Mientras que la piel seca es un tipo de piel que se caracteriza por no tener grasa en la superficie, lo que da lugar a tirantez, rigidez, aparición de líneas finas y arrugas y en ocasiones descamación, la piel deshidratada aparece cuando la dermis necesita humedad, cosa que puede darse por diferentes motivos y que puede afectar a diversos tipos de piel en momentos puntuales de la vida.
Una ingesta de líquido insuficiente, así como una exposición continuada al aire acondicionado, la calefacción o el sol, fumar, beber alcohol, factores ambientales, estrés o un consumo muy elevado de sal pueden hacer que la piel esté deshidratada y necesite un extra de humedad. A menudo los síntomas de una piel deshidratada son similares a los de las quemaduras solares, desde irritación a sensación de quemazón, descamación, tirantez, aspecto apagado y, posiblemente, la aparición de pequeñas arruguitas en lugares como la nariz o el mentón.
La buena noticia, en cualquier caso, es que la piel seca se puede mantener a raya si se emplean productos adecuados y se sigue una rutina de higiene e hidratación específica muy rigurosa, mientras que la piel deshidratada suele presentarse de manera temporal y se puede atacar con un plus de hidratación a diferentes niveles. Si tu piel está deshidratada y no mejora pese a los tratamientos, lo mejor es que te pongas en contacto con un dermatólogo que pueda prescribirte un tratamiento específico desde diversos frentes para hidratar tu piel hasta las capas más profundas de la dermis. No olvides, además, ser muy rigurosa con todos estos pasos que te ayudarán a mantener la piel convenientemente hidratada.
Consejos para mejorar una piel deshidratada
Límpiala correctamente
Para mejorar el aspecto y sintomatología de una piel a la que le falta agua, nada mejor que ser muy estricta con su limpieza e hidratación. Debes limpiarla a conciencia a primera hora de la mañana y también por la noche con productos ligeros e hidratantes, evitando siempre todos aquellos que sean agresivos o irritantes, para posteriormente hidratarla convenientemente con una crema específica. Es importante que seas muy disciplinada por la noche, asegurándote de retirar cualquier resto de maquillaje y prestando especial atención al contorno de los ojos, donde a menudo se nota la deshidratación, que se manifiesta en forma de arruguitas y rojeces. No olvides emplear una mascarilla limpiadora una o dos veces por semana con el objetivo de retirar las capas más profundas de suciedad, que pueden ser las responsables de que el resto de productos no penetren bien en la pie
Una correcta hidratación
Tanto si tienes la piel deshidratada como si no, es importante que tengas en cuenta que no puedes emplear cualquier producto, y que lo mejor es que consultes con un especialista que te prescriba aquellos que más se adecúen a tu tipo de piel. Pese a que a primera vista a menudo no lo parezca, lo cierto es que existen diferencias entre los tipos de cremas, puesto que algunas de ellas llegan únicamente a las capas más superficiales de la piel, cosa que contribuye a mejorar momentáneamente el aspecto del rostro pero no a combatir los cuadros de deshidratación. Asegúrate de emplear un sérum y una crema hidratante que no sean agresivos y que te proporcione la hidratación profunda que necesitas. Aplícalos siempre con suaves movimientos circulares.
Evita los jabones y alcoholes
Evita el uso de los típicos jabones, que dejan la piel reseca, y escoge siempre productos sin alcohol. Es habitual que muchas mujeres con pieles grasas con tendencia a acné empleen habitualmente cremas, toallitas o tónicos de este tipo, que si bien es cierto que pueden mejorar el aspecto de las capas más superficiales de la piel, también pueden deshidratarla en sus capas más profundas. Si tenemos la piel deshidratada es conveniente, pues, evitar el uso de estos productos e ir incorporándolos poco a poco de nuevo siempre en combinación con otros que mantengan la hidratación y contrarresten la sequedad.
No olvides el cuerpo
La deshidratación no es un problema que se presente exclusivamente en la piel de la cara, sino que suele aparecer en todo el cuerpo. Es conveniente, por tanto, aplicar una buena crema hidratante corporal (si nos sientan bien los aceites pueden ser una buena opción ultra hidratante) todos los días y complementar su uso con productos exfoliantes para asegurarnos de que los agentes hidratantes que empleamos lleguen a todas las capas de la epidermis.
Alternativas en la medicina estética
Si pese a los tratamientos hidratantes y los cuidados tu piel no mejora – cosa que ocurre con frecuencia, puesto que muchas personas pasan varias horas al día en ambientes con el aire acondicionado y la calefacción encendidos, además de tener contacto con la polución–, siempre puedes recurrir a la medicina estética. Existen diversos tratamientos para combatirla, desde la mesoterapia facial a la aplicación de plasma rico en plaquetas, entre otros. Lo mejor es ponerse en manos de un especialista que nos recomiende cuál es el mejor tratamiento en función de las características de nuestra piel.
Tabaco, alcohol y duchas
Existen algunos hábitos que fomentan la deshidratación, desde fumar a consumir alcohol o las duchas prolongadas y demasiado calientes, que pueden ir arrastrando poco a poco los aceites que cubren la piel del rostro. Es importante también que bebas mucha agua (puede ser también en infusiones, sopas o cremas), que evites los caldos e infusiones diuréticos, que intentes mantener una correcta higiene del sueño y no te expongas al sol durante periodos de tiempo muy prolongados.
Publicidad