Piel y sudor
¿Se pueden evitar las irritaciones en la piel provocadas por las mascarillas?
Si hubiéramos pensado en outfit para este año, nunca se nos habría ocurrido la mascarilla. Pero así son las cosas, pandemia obliga: hay que ponérsela nos guste o no.
Publicidad
Con el calor, será muy difícil que no sudes con la mascarilla puesta (la que menos te hará sudar será la quirúrgica, que deja algún resquicio más para que entra el aire, no así la FFP2 por ejemplo). Y ya se sabe, calor, sudor, piel que no transpira… irritaciones.
¿Se puede evitar esto con algún producto? ¿Podemos hacer algo para solucionar este problema? Eva Raya, de la firma de cosmética Alice in Beautyland.
Primero debemos saber cómo deben usarse esas mascarillas de forma correcta, porque el primer paso es seguir su protocolo de higiene para no tener problemas derivados de un mal uso de las mismas. De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, hay que “Desechar la mascarilla cuando esté húmeda y evitar reutilizar las mascarillas de un solo uso. Las mascarillas quirúrgicas (las más comunes entre los usuarios) son de un solo uso. Por cuestiones de comodidad e higiene, se recomienda no usar la mascarilla por un tiempo superior a 4 h. En caso de que se humedezca o deteriore por el uso, se recomienda sustituirla por otra.En el caso de mascarillas higiénicas reutilizables, éstas se deben lavar conforme a las instrucciones del fabricante”.
“Estas recomendaciones generales son igual de importantes en relación a nuestra piel puesto que el uso continuado de mascarillas puede favorecer la proliferación de hongos y bacterias. Al respirar se crea un clima de calor y humedad idóneos para este tipo de microorganismos muchas veces derivados de nuestro propio aliento y pueden llegar a aparecer algunas patologías, irritaciones, acné e incluso disminución de la grasa lipídica natural de la piel por absorción de la mascarilla por contacto directo. Es recomendable por tanto seguir también una pauta de higiene dérmica que consiste básicamente en limpiar e hidratar siempre, antes y después de su uso”, comenta Raya.
En resumen, que te va a tocar limpiarte la piel de la cara más a menudo: “Debido a esta rutina que vamos a hacer más a menudo de lo que haríamos en condiciones normales, nuestra recomendación es optar por productos directamente indicados para pieles sensibles, ya que de por sí nuestra piel va a estar más sensibilizada. La limpieza debe ser con fórmulas que respeten al máximo el equilibrio natural de la piel para proteger el manto lipídico de forma que no resequemos o engrasemos más de lo necesario y acabar siempre el proceso con agua tibia para no dejar restos”, añade.La experta comenta además que “Las limpiadoras formuladas con los llamados agentes “gel to milk” son muy buenas aliadas puesto que son unas de las más respetuosas del estrato córneo de la piel. En cuanto a hidratación podemos optar por productos que tengan un extra de ingredientes que ayuden a calmar e hidratar como los ingredientes de acción neurocosmética y los agentes que minimicen la pérdida de agua transepidérmica o tengan un efecto osmo-regulador”.
Por último, en caso de desarrollar alguna patología acudir a un dermatólogo para que pueda indicar un tratamiento más específico según el caso concreto.
Publicidad