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¿Por qué nos apetece cambiar de perfume en verano?

¿Has notado que con la llegada del calor sientes la necesidad de cambiar tu perfume habitual? Este fenómeno, común en muchas personas, tiene sus raíces en cómo las fragancias interactúan con nuestro cuerpo y entorno. Te contamos por qué en verano buscamos un aroma diferente.

Mujer echándose perfume

Mujer echándose perfumeiStock

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Con el verano llega el calor, las vacaciones y un cambio en nuestras rutinas diarias. Es natural que también queramos variar nuestros perfumes, adaptándolos a la nueva estación. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué nos inclinamos a cambiar de fragancia cuando suben las temperaturas? Aquí te desvelamos las claves para entender este fenómeno y cómo puedes sacarle el mejor partido a tus perfumes estivales.

El calor y la evaporación

Cuando el sol aprieta y la temperatura sube, la evaporación de los perfumes se acelera. "En verano, las altas temperaturas aceleran la evaporación de las fragancias. Los perfumes profundos, con acordes intensos y oscuros a base de maderas, resinas o especias, se pueden volver abrumadores en climas cálidos, por lo que la inclinación natural es preferir fragancias frescas", explica Julien Pruvost, director creativo de la casa de perfumes Trudon. Este cambio en la duración y percepción de las fragancias es uno de los motivos por los que preferimos aromas más ligeros durante el verano.

La irresistible sensación de frescura

El verano nos invita a buscar frescura en todas sus formas, y los perfumes no son la excepción. "Los perfumes con notas cítricas, acuáticas o verdes dan sensación de frescura", aclara Pruvost. Aunque físicamente no refresquen más que otros perfumes, nuestro cerebro asocia estos aromas con el mar, la vegetación y los árboles frutales, evocando una sensación refrescante que resulta ideal para los días de calor.

Mujer echándose perfume
Mujer echándose perfume | Pexels

Compatibilidad con la transpiración

El calor provoca sudoración, lo que puede interactuar con la fragancia que llevamos. "Los perfumes diseñados específicamente para el verano tienen fórmulas más sencillas y materias primas más volátiles, por lo que suelen ser más compatibles con la transpiración y no se alteran tanto con el sudor", explica el experto. Esta compatibilidad hace que los aromas frescos sean más agradables y duraderos durante las altas temperaturas.

Nuevas actividades, nuevas fragancias

Durante el verano, las actividades al aire libre se vuelven más comunes. Ya sea una tarde en la playa, una caminata por el parque o una cena al aire libre, preferimos fragancias frescas y ligeras que no resulten abrumadoras en espacios abiertos. "Las fragancias frescas y ligeras son perfectas para actividades físicas o sociales al aire libre", comenta Pruvost. Este cambio en el contexto social y de actividades refuerza nuestra preferencia por los perfumes veraniegos.

Aplicar perfume
Aplicar perfume | Envato

Más vitalidad y alegría

El verano se asocia con la energía, la alegría y la vitalidad. "Las fragancias frescas, cítricas y florales complementan a la perfección este estado de ánimo", asegura Pruvost. Estos aromas refuerzan la sensación de bienestar y alegría que nos trae el verano, haciendo que nos sintamos más en sintonía con la estación.

Preferencias personales

Por último, el cambio de perfume también responde a nuestras preferencias personales. "Las personas muy apasionadas del perfume simplemente disfrutan al cambiar de fragancia con las estaciones. De este modo mantienen la variedad y asocian diferentes fragancias con las épocas del año", concluye el director creativo de Trudon. Este deseo de cambio y novedad nos permite disfrutar de una experiencia olfativa diferente con cada estación.

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