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¿Qué puede pasar si hidratamos demasiado la piel?

La hidratación es crucial para una piel saludable, pero un exceso puede ser contraproducente. Descubre cómo encontrar el equilibrio perfecto y las recomendaciones de los expertos para evitar problemas como la debilitación de la función barrera y patologías cutáneas.

Mujer hidratando su piel

Mujer hidratando su pieliStock

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La hidratación es uno de los pilares fundamentales del cuidado de la piel, y con la creciente popularidad de la glass skin, la tendencia coreana de lograr una piel tan hidratada que parece cristalina, es fácil caer en el exceso. ¿Puede ser que en nuestra búsqueda de la perfección estemos hidratando demasiado?

"Un exceso de hidratación podría ser contraproducente. Tiene que haber un equilibrio entre hidratación y nutrientes", explica Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8. A continuación, exploramos los posibles efectos negativos de una hidratación excesiva y cómo encontrar el equilibrio adecuado.

Crema hidratante
Crema hidratante | iStock

Los riesgos de la sobrehidratación

Esa sensación de máxima hidratación se logra, a menudo, tras aplicar varios serums ricos en ácido hialurónico o después de tratamientos faciales que nos dejan con una piel resplandeciente y cristalina. Sin embargo, Mireia Fernández, directora dermocosmética de Omorovicza, advierte: "Debemos abogar por una hidratación a largo plazo. Con muchos de estos protocolos, aportamos una humedad que, pasadas unas horas, tiende a desaparecer. Entonces, no es un beneficio largoplacista y con una misión permanente".

El uso excesivo de fórmulas solo oil-free puede tener consecuencias no deseadas. "Si a la piel le aportamos demasiada hidratación con fórmulas solo oil-free, por un lado, no retendremos bien esa humedad, pero es que, además, podemos llegar a debilitar la función barrera, desequilibrando los niveles adecuados entre agua y lípidos", afirma Natalia Abellán, directora dermocosmética de Rosalique. Una barrera cutánea debilitada puede ser un foco para patologías como la rosácea y otras afecciones cutáneas.

¿Cuánto hay que hidratar?

¿Cómo podemos saber cuál es el punto adecuado de hidratación? Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD, nos da una pista: "Cuando veamos que la piel está jugosa y luminosa, pero no en exceso. Ese será el punto de equilibrio de humedad".

Sonia Ferreiro, biotecnóloga y cosmetóloga en Byoode, añade: "Si aportamos más humedad, veremos mucha luminosidad, pero la piel tiene un grado máximo de retención de activos. Todo aquello que sea en exceso nos dará luz a corto plazo, pero se acabará yendo ese efecto porque, en realidad, es más hidratación de la que necesita el tejido".

Piel grasa
Piel grasa | iStock

Hidratación versus nutrición

Es crucial entender la diferencia entre hidratación y nutrición para un cuidado óptimo de la piel. Marta Agustí, directora dermocosmética de Boutijour, lo explica así: "La hidratación se preocupa de aportar humedad al tejido. Esta es necesaria para que esté sano y equilibrado. Por su parte, la nutrición, de componente más oleoso, se suma a nuestra barrera de la piel para crear una película que retiene esa humedad". Un equilibrio adecuado entre humectantes y nutrientes más oleosos es esencial para conseguir ese aspecto glowy sin sobrehidratar.

"Absolutamente todas las pieles necesitan un equilibrio entre hidratación y nutrición", añade Sonia Ferreiro. "Las pieles más grasas pueden requerir un sellado con ingredientes poco congestivos, como las ceramidas, mientras que las pieles más secas necesitarán un sellado más potente, con ingredientes como la manteca de karité o aceites como el de jojoba o amaranto".

Hidratar desde dentro

No podemos olvidar la importancia de la hidratación interna. Sole Urrutia, experta en nutrición de Advanced Nutrition Programme, destaca: "Para tener una piel bien hidratada y jugosa, el mejor cuidado es beber mucha agua. Hasta un 70% del estado de nuestra piel proviene desde dentro del organismo. Si no bebemos mucha agua y los tejidos están faltos de humedad, esto se traducirá en una piel falta de hidratación y de vitalidad".

Además de beber agua, podemos potenciar la hidratación de la piel con nutricosméticos ricos en componentes como el ácido hialurónico o el magnesio. Pero, como concluye Marta Agustí, "debemos compensar lo que no podemos tratar desde dentro con una correcta rutina de cuidado tópico".

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