ELIMINA IMPERFECCIONES
El sérum: un paso esencial en tu rutina de skincare
El sérum que elijas para tu rutina de cuidado facial es clave para corregir las imperfecciones. Sin embargo, a veces no sabemos cuál es el más adecuado para nuestra piel. Te ofrecemos una guía para ayudarte a seleccionar el sérum ideal según tus necesidades.
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El sérum es una parte fundamental de la rutina de cuidado facial. Cada producto que utilizamos debe adaptarse a nuestro tipo de piel: seca, mixta o grasa. Por ello, el primer paso es identificar qué piel tienes para que tu rutina sea lo más adecuada posible. Conocer tu tipo de piel es esencial para elegir los productos correctos.
Después de determinar tu tipo de piel, es importante saber qué deseas corregir: puntos negros, acné, manchas, falta de luminosidad o desigualdad en el tono. El sérum que elijas debe ser específico para trabajar sobre esa necesidad concreta. Al saber qué imperfección quieres tratar, podrás escoger el sérum que te ayude a mejorarla de manera más efectiva.
En NovaMás hemos creado una guía para que elegir el sérum perfecto para cubrir las necesidades que tenga tu piel te resulte muy sencillo.
1. Acné y piel con imperfecciones
El ingrediente clave para corregir esto es el ácido salicílico (BHA), ya que su función es penetrar en los poros, eliminar las células muertas de la superficie de la piel y limitar la secreción excesiva de sebo, eliminando el exceso de grasa. A la vez, también previene los brotes acnéicos.
Para complementar esto, puedes usar también serums que incluyan niacinamida, que tiene como objetivo reducir la inflamación y controlar el sebo. Además, el ácido azelaico es excelente para eliminar las marcas de acné y las rojeces, ayudando a mejorar el aspecto de la piel.
2. Poros dilatados
Si tu objetivo es minimizar los poros, lo mejor es utilizar niacinamida, que regula el sebo y minimiza la apariencia de los poros. Este ingrediente también aporta luminosidad y suaviza la piel.
Un sérum con niacinamida es conveniente que incluya ácido salicílico, ya que limpia los poros en profundidad al eliminar el exceso de grasa. Otra opción complementaria es el retinol, que estimula la renovación de la piel, mejora su textura y crea una mayor uniformidad en la piel.
3. Manchas y tono desigual
Para combatir las manchas y unificar el tono de la piel, lo mejor es optar por un sérum con vitamina C (ácido ascórbico). Este ácido no solo reduce las arrugas y unifica el tono, sino que elimina las manchas y devuelve el aspecto radiante a la piel cansada y apagada. Además, al promover la producción de colágeno, ralentiza el proceso de envejecimiento.
Si eliges un sérum con vitamina C, es ideal que también incluya ácido tranexámico, que atenúa las manchas y la hiperpigmentación, o ácido kójico, que ayuda a reducir la producción de melanina.
4. Arrugas y líneas de expresión
Para combatir las arrugas y las líneas de expresión, lo más recomendable es el retinol (vitamina A), que fomenta la renovación celular y estimula la producción de colágeno. Además de ser antienvejecimiento, el retinol también tiene propiedades antiacné, ya que exfolia las células muertas y regula la secreción de sebo.
E este sérum puede incluir péptidos, que ayudan a fortalecer la piel y a combatir el envejecimiento. También puede llevar ácido hialurónico, que ayuda a rellenar las líneas de expresión y mantiene la piel hidratada.
5. Piel seca y deshidratada
Sin duda, como hemos dicho anteriormente, para las pieles secas y deshidratadas, el ácido hialurónico es clave, ya que retiene el agua en la piel y, ayuda a mantenerla hidratada. Además, para este tipo de sérums, lo ideal es que incluyan ceramidas, que revitalizan la piel y estimulan la restauración de la barrera cutánea.
También pueden llevar en la fórmula pantenol, un ingrediente conocido por sus propiedades hidratantes, calmantes y reparadoras de la piel.
6. Piel sensible o enrojecida
Para las pieles sensibles, lo ideal es optar por el ácido láctico (un AHA suave) o el ácido glicólico, que es un poco más fuerte. Ambos exfolian y limpian suavemente la piel sin irritarla. El ácido láctico aclara las manchas, unifica el tono y mejora la textura de la piel, dejándola suave, tersa y radiante, además de suavizar las pequeñas arrugas.
Un sérum con estos dos ácidos como base también puede incorporar niacinamida, que reduce el enrojecimiento y calma la piel. Además, es beneficioso que contenga gluconolactona (PHA), que es ideal para una exfoliación suave en pieles sensibles.
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Es fundamental que tu rutina de skincare se adapte a las necesidades específicas de tu piel. Además del sérum, no olvides que el protector solar es esencial, sobre todo cuando usas ingredientes activos como ácidos o vitamina C. Ten en cuenta que algunos sérums están diseñados para usarse mejor de noche, mientras que otros son más efectivos durante el día. Así que, si lo prefieres, puedes optar por un sérum para el día y otro para la noche, según los ingredientes que contienen y las necesidades de tu piel.
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