VERDADERO O FALSO
¿Las alcachofas tienen propiedades quemagrasas? ¿Son depurativas?
Son muchos los beneficios que habitualmente se atribuyen al consumo de esta hortaliza de temporada. En este artículo te explicamos qué hay de cierto y qué hay de mito sobre el consumo de alcachofas.
Publicidad
El interés nutricional de la alcachofa está relacionado con su bajo valor energético y su gran cantidad de minerales, fibra, vitaminas y compuestos bioactivos, acumulando más polifenoles que otras verduras. La cinarina, su principal componente activo, es la responsable de su característico sabor amargo.
Las diferentes propiedades de las alcachofas son conocidas desde hace muchos siglos y se le atribuyen principalmente un efecto hipolipemiante (mejora el perfil de colesterol y triglicéridos), antioxidante y antiinflamatorio.
Los compuestos fenólicos como la cinarina, la luteína y el ácido clorogénico, junto con las fibras solubles de inulina y pectina, son las principales sustancias que se cree están involucradas en los mecanismos de acción atribuidos al consumo de alcachofas.
¿La alcachofa tiene efectos depurativos?
La alcachofa ya era utilizada en la antigüedad por poblaciones egipcias, griegas y romanas para mejorar las funciones hepáticas.
En la actualidad, algunos ensayos clínicos aleatorizados doble ciego encontraron mejoras en el perfil de colesterol, triglicéridos y en los niveles de transaminasas (enzimas presentes en el hígado que si se encuentran elevadas pueden ser signo de una enfermedad hepática).
Así, se ha afirmado que los componentes de la alcachofa ejercen una acción beneficiosa contra las enfermedades hepatobiliares.
Al menos algunos de estos efectos hepatoprotectores pueden atribuirse al potencial antioxidante de algunos componentes que forman parte de las alcachofas. Estos efectos también se deben a la inhibición de una vía inflamatoria, lo que en última instancia conduce a una regeneración de células hepáticas disfuncionales y permite la reparación del daño del ADN. Tal efecto se demuestra a través de una disminución significativa en los niveles en sangre de alanina-aminotransferasa (ALT) y aspartato-aminotransferasa (AST), las enzimas hepáticas.
No obstante, este efecto es muy diferente que afirmar que tiene efectos depurativos en personas con un hígado sano y con los valores de colesterol y triglicéridos dentro de la normalidad.
"Las alcachofas no estimulan la utilización de las reservas de grasa corporal".
¿Las alcachofas tienen un efecto quemagrasas?
Durante siglos la alcachofa también se ha utilizado por su fuerte actividad colerética que provoca un aumento sustancial en la cantidad de bilis excretada y un aumento en las concentraciones de ácidos biliares de la bilis.
La bilis es necesaria para la digestión de las grasas ingeridas, lo que quiere decir que consumiendo alcachofas se podrán digerir mejor comidas ricas en grasas, y por ello son interesantes para personas que padecen de dispepsia (indigestión con dolor de estómago) pero esto no tiene nada que ver con utilizar los depósitos de grasa corporal (lipólisis).
Las alcachofas son ricas en fibra por lo que resultan muy saciantes y además son muy ligeras, por ello, pueden ayudar a reducir la densidad energética de los platos y la cantidad de comida ingerida, como sucede con las otras verduras. No obstante, esto es muy diferente que decir que tienen algún efecto quemagrasa, ya que las alcachofas no estimulan la utilización de las reservas de grasa corporal.
En definitiva, las alcachofas son una verdura de temporada ligera, saciante y rica en sustancias de interés nutricional con diferentes beneficios para la salud. Se podrán beneficiar especialmente de su consumo personas con enfermedades hepatobiliares, dispepsia, colesterol o triglicéridos elevados, estreñimiento… Pero el motivo de consumirlas no ha de ser un pretendido efecto depurativo en personas sanas ni efectos quemagrasas.
Publicidad