No pasa nada
7 alimentos que pensabas que eran fatales para tu dieta pero que no lo son
En los últimos tiempos han salido miles de gurús diciéndote que quites de tu dieta un montón de cosas, pero, creenos, no pasa nada si las tomas. Puedes seguir con el café, las patatas o el gluten.
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Las dietas van por modas. Si en los 80 se glorificaba el azúcar como fuente de energía, ahora lo tildamos de veneno blanco y tiramos paquetes por el váter como si fuéramos Pablo Escobar haciendo desaparecer pruebas. Somos así y cambiamos de idea según la ventolera que nos de y lo que nos digan cuatro gurús de la cosa dietética. De hecho, hoy vamos a hablaros de siete alimentos que están demonizadosy que no, que no son malos para tu dieta.
Gluten. ¿Cuánta gente conocéis que se ha pasado a una dieta sin gluten para tratar de perder peso y volumen? Ojo a esta moda absurda, porque, en realidad, solo un porcentaje mínimo de la población es celíaca y pasarnos a una dieta sin gluten sin estar diagnosticados supone gastarse más dinero en el supermercado y privarnos de alimentos básicos como el pan.
Huevos. Otro castigado habitual al que se ha acusado de ser un propulsor del colesterol y poner el nuestro en órbita. Pues bien, un consumo moderado no tiene por qué hacer que nuestra salud se ponga en peligro. De hecho, no hay estudios sólidos que muestren una correlación entre comer un cierto número de huevos y un mayor nivel de colesterol.
Aguacate. Sí, es graso. Pero también es cierto que contiene grasas que son beneficiosas para nuestro cuerpo y que ayudan a mantener la piel joven, entre muchos otros efectos positivos. Como hemos dicho al principio, en los 80 era el mal, pero ahora es el momento de recuperarlo para nuestra dieta. Eso sí, sin pasarnos porque engordar un poquito, sí que engorda.
Queso. Al queso le han caído de todos los colores, pero lo cierto es que, entre las acusaciones más brutales, están las que hablan de que es "tan adictivo como el crack". Esta afirmación, que se ha salido de madre, hace referencia a un estudio en el que se analizaban los alimento más adictivos y la pizza aparecía en el primer lugar. Claro, se trataba de un queso industrial, así que, en general, no hay por qué preocuparse por un poco de manchego.
Patatas. Es cierto que si comemos patatas fritas a diario es probable que acabemos engordando pero, cocidas o asadas, son un alimento casi sin grasa y con muchísimas propiedades. Por un lado tienen fibra, también son ricas en vitaminas y minerales y provocan una sensación de saciedad que permite regular el apetito casi sin darnos cuenta. Bravo por ellas.
Cafeína. Si has escuchado últimamente que el café puede ser dañino para tu salud, olvídalo. Según un estudio de la clínica Mayo, los adultos pueden consumir hasta 400 miligramos de cafeína al día sin que haya ningún riesgo para la salud. Cada taza ronda los 100, por lo que, a no ser que tomemos cinco tazas todos los santos días, no hay por qué preocuparse.
Leche de vaca. Con el auge de las leches vegetales, muchos decidieron darle la espalda a la leche de vaca y pasarse a estas bebidas sustitutivas. Pues cuidado porque, muchas veces, las leches de almendra o de soja incluyen azúcar añadido y eliminar la de vaca supone meterse glucosa en el cuerpo a base de bien. Si no erea intolerante a la lactosa, ¿para qué vas a prescindir de ella?
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