CONSEJO DE CONSERVACIÓN
No es buena idea guardar la leche en la puerta del frigorífico: ¿por qué?
Guardar la leche en la puerta del frigorífico es lo más común y a lo que estamos acostumbrados, pero puede hacer que se estropee antes de tiempo. Un simple cambio de lugar puede ayudarte a conservarla mejor y evitar desperdicios.

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Guardar la leche en la puerta de la nevera es algo que hacemos casi sin pensarlo. Es cómodo, está a mano y parece el lugar perfecto para botellas o cartones. Sin embargo, esta costumbre podría estar afectando a la calidad de la leche y haciendo que se estropee antes de tiempo.
Los expertos en seguridad alimentaria explican que la puerta del frigorífico es una de las zonas más cálidas del electrodoméstico. Cada vez que se abre, la temperatura cambia, y los productos que se encuentran en ese lugar sufren esos cambios de temperatura constantes. Aunque otras bebidas o salsas aguantan mejor esto, los productos lácteos como la leche son mucho más sensibles.

Estas variaciones de temperatura pueden provocar que la leche pierda frescura más rápido, que su sabor se altere o incluso que se corte antes de la fecha indicada. Y aunque no siempre se nota a simple vista, esto puede llevar a tener que tirarla antes de tiempo, lo que también implica un gasto innecesario.
La recomendación de los expertos es muy simple, debes guardar la leche en los estantes del medio o superiores de la nevera. Estas zonas mantienen una temperatura más estable, están protegidas del contacto directo con el aire exterior y ayudan a que los alimentos se conserven mejor y por más tiempo.
Este pequeño cambio en cuanto a dónde guardamos la leche puede ayudarnos a ahorrar, evitando tirar productos en buen estado solo porque no están guardados donde deben.

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