LA HORA IDEAL PARA CENAR
¿Cenar después de las 8 engorda?
Analizamos qué hay de cierto en esta creencia y cómo debería ser una buena cena.
Publicidad
Seguramente conozcas el dicho de "desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo". Este famoso refrán español se basa, a priori, en un razonamiento lógico: se debe comer más por la mañana para tener energía y quemar calorías durante todo el día, mientras que por la noche se debe comer menos porque no quemamos calorías y al dormir podemos acumularlas en forma de grasa. Pero ¿qué hay detrás de este dicho? ¿Es verdad que comer por la noche hace que engordemos?
La respuesta es no. La cena es un momento clave que puede determinar nuestra dieta y en consecuencia nuestro peso, y que si se realiza de forma correcta y saludable, no engorda. El problema viene cuando comemos mal por la noche, ingiriendo nutrientes poco recomendados y demasiado tarde (justo antes de irnos a la cama), un hábito desgraciadamente muy común. En estos casos, las malas cenas sí que pueden predisponernos a aumentar de peso.
La cena debe ayudarnos a equilibrar el aporte nutricional del día y si es ligera y está bien preparada, no solo no nos hará engordar, si no que nos hará dormir mejor y estimulará nuestro metabolismo mientras descansamos. Entonces, ¿cómo debería ser la cena perfecta?
¿Cómo debería ser la cena ideal?
La cena ideal debería producirse al menos dos horas antes de dormir y debería incluir una buena ración de proteínas de calidad, en lugar de hidratos de carbono, que deben consumirse en muy pequeñas cantidades. Por ello, lo más recomendable es optar por pescados (atún, salmón, sardinas…) o por carnes magras bajas en grasa como el pavo o el pollo.
También es saludable incluir grasas insaturadas, como las provenientes del aguacate, de los frutos secos o del aceite de oliva virgen, y no olvidarse de la verdura, que puede ser el ingrediente principal del plato: calabacín a la plancha, berenjena, champiñones…
Pero hay una excepción a la verdura: al contrario de lo que puede parecer, las ensaladas a base de lechuga, una opción muy recurrente como cena, no son recomendables. La lechuga contiene mucha fibra insoluble y puede producir hinchazón abdominal o gases, por lo que es mejor consumirla por la mañana. En su lugar, es mejor preparar ensaladas de tomate, de atún, o de otros ingredientes que nos procuren una mayor sensación de saciedad.
Tampoco es demasiado recomendable cenar solo a base de fruta o prepararse un tazón de cereales con leche, ya que estos alimentos contienen azúcares simples que no nos saciarán durante mucho tiempo, que nos harán tener hambre al poco de acostarnos y que pueden convertirse en grasa al reducirse la quema de calorías por la noche. Si te apetece algo dulce, sí que puedes tomar una pieza pequeña de fruta como postre (el kiwi, por ejemplo, ayuda a conciliar el sueño).
En definitiva, la cena perfecta, según la mayoría de nutricionistas, debería dejarnos sin hambre durante al menos cuatro horas, y debería aportar entre el 15 y el 25 % de las calorías diarias. ¿Con respecto a la hora? Al menos dos horas antes de irte a dormir, da igual que sea antes de las 8 o después. Dependerá de la hora a la que te vayas a la cama. Lo más importante es elegir los nutrientes adecuados para no sumar calorías extra que sí te harán engordar.
Publicidad