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Con bacon, con champiñones, ¡con hormigas!...

Los 10 chocolates más raros del mundo

Nos encanta el chocolate, pero hemos encontrado sabores bastante surrealistas, que nos hacen replantearnos nuestro amor por este derivado del cacao. Alucinad.

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¿A quién no le gusta el chocolate? Bueno, sí, siempre hay el rarito o la rarita de turno que sueltan eso de que a ellos no les va mucho... Siempre he sospechado que es pura pose porque esas personas acaban comiendo otras cosas dulces menos apetecibles -estoy pensando en merengue o cabello de ángel- y, claro, no cuadra nada...

Mi favorito es el negro, pero no le hago ascos al chocolate con leche o al blanco. Con los que sí tendría más remilgos es con estos que hemos seleccionado y que están entre los más raros del mundo. Ahí van 10 chocolates frikis como ellos solos. Flipad, coleguis.

Con ginger ale. Es un hecho: a los japoneses les vuelven locos los Kit Kat. Nadie sabe de dónde sale ese amor por esta tableta de chocolate en concreto. Además, suelen pervertirlos de lo lindo. Esta versión aporta el sabor de la bebida refrescante hecha a base jengibre. Y se quedan tan anchos, claro.

Con bacon. Vosges es una firma que se dedica a comercializar chocolate de alto nivel. Entre sus opciones, nos topamos con esta con bacon ahumado y sin curar. Por locatis que nos pueda parecer, es una demostración más de que el bacon está de moda. Lo que está por ver es si va bien con el cacao o esto es un engendro.

Con tomate. Malditos japoneses: han tenido que volver a hacerlo. Para una persona como yo, que ama tanto el chocolate como el tomate, esto es una mezcla contra natura. Demonios, también me gustan el vino tinto y las ensaimadas mallorquinas, pero no por ello las mezclo. Urge un viaje al país del Sol Naciente para descubrir qué demonios pasa allí.

Con hormigas. ¡Ay, por Dios! Vale que la FAO está insistiendo desde hace tiempo en que comamos insectos, que es el futuro y tal, pero no hace falta cargarse una tableta de chocolate metiendo hormigas. Vamos a ir por partes: primero probamos las hormigas y ya vemos a ver que tal y ya luego nos tomamos un poco de chocolate "ant free" para quitarnos el "hormigueo" de la boca.

Con curry. Los que no soportáis el picante, no sigáis leyendo. Al resto os recomendamos esta tableta exótica, con curry rico, rico. Aunque os pueda parecer una cosa rara, lo de aportar un toque picante al chocolate no es tan raro y, de hecho, esta opción cuenta con bastante fans.

Con champiñones. No nos parece de recibo esta mezcla. Es más, pese a que hemos estado un rato pensando en como demonios puede saber, seguimos sin hacernos una remota idea. Nos suena como a chocolate de alcachofas o así. Y no apetece nada, claro.

Sabor ramen, tostada, tortilla de maíz. De esta trilogía de sabores chalados, el que más nos llama la atención es el de ramen. De verdad que hay que tenerlos cuadrados para trabajar en una empresa de chocolate y proponer este nuevo sabor. Bravo por los valientes porque ellos serán los internados en manicomios del futuro.

Sabor a lavanda. Los toques florales con bastante comunes de encontrar en chocolates comerciales. Hay gente a la que les apasionan. Al que escribe estas líneas siempre le da la impresión de que uno, al morder una de estas tabletas, es como si comiera colonia.

Sabor a queso y cebolla. Contigo, pan y cebolla. Y queso. Y chocolate. Vaya mezcla, amiguetes de las bizarradas alimenticias. Lo del queso nos parece bien, pero... ¿la cebolla? Vamos a correr un tupido velo.

Sabor a wasabi. Rompemos una lanza en favor de éste. Primero, porque es Lindt y eso es garantía de calidad. Y segundo, porque lo hemos probado y es verdad que el toque de wasabi, sutil y punzante, nos hace cosquillicas en la lengua. Eso mola.

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