¿NO SABES QUÉ HACER CON EL PAN DURO O CON EL COCIDO QUE TE HA SOBRADO?
Cinco consejos para convertir las sobras de comida en platos irresistibles
Descubre cómo sacar el máximo partido a un trozo de pan duro, un plátano demasiado maduro o a los restos del cocido de ayer. La cocina de aprovechamiento es una buena alternativa para ahorrar y no tirar nada a la basura.
Publicidad
Llega el fin de semana y abres la nevera para hacer recuento de todas esas pizcas que han quedado de tus comidas y cenas de la semana. Un poco de pollo por aquí, unas lentejas por allá y media zanahoria con un cuarto de pimiento. Por no hablar de ese pequeño trozo de queso al fondo del cuarto estante que se está empezando a poner bastante duro. ¿A la basura? ¡Alto ahí! Antes de levantar el teléfono para pedir una pizza o una bandeja de sushi, descubre cómo usar todas esas sobras para comer como un rey.
Seguro que ya has oído hablar de la ‘cocina de aprovechamiento’. Se trata, precisamente, de sacar partido a todo aquello que forma parte del producto, hasta los huesos y las pieles. Así puedes disfrutar de un menú más completo, aprovechando los nutrientes que también se encuentran en esas partes del alimento que, en teoría, jamás nos comeríamos. ¿Preparado para entrar en el vasto y extenso mundo de las sobras?
Caldos y sopas
La próxima vez que vayas al mercado a comprar el pescado y la carne pide las piezas enteras. ¿Por qué? Sale mucho más económico que los trozos ya cortados y envasados. Además, puedes aprovechar los huesos y las espinas para hacer un delicioso caldo que servirá de base para cualquiera de tus guisos, sumando sabor. El cascarón del pollo con esas verduras que se estaban poniendo muy feas convertirán sopas y consomés en verdaderas delicias.
Croquetas, albóndigas y empanadillas
Todo un clásico. ¿Ha sobrado un poco de cocido del miércoles? ¿Quedan unos pedacitos de ternera que nadie quiere? La magia del hojaldre y la bechamel hacen que casi cualquier alimento pueda ser un aperitivo irresistible tanto para mayores como para los más pequeños de la casa. Mientras que las croquetas y albóndigas agradecen más ese toque de carne o pescado, las empanadillas rellenas de verdura son un verdadero manjar. Además, puedes usar esos restos de frutos secos para hacer un empanado muy original o si prefieres una versión más light prueba a cocinarlas al horno.
De primero migas… y de segundo tortilla
¿No sabes qué hacer con ese pan duro que se está acumulando y ya no sirve ni para hacer unas tostadas? Coge un poco de aceite de oliva, ajo, agua y sal y prepara unas migas muy crujientes. Dale el toque final con algo de chorizo bien picado. Y para acompañar: una buena tortilla rellena con lo que tienes en ese tarro al fondo de la nevera. Unos guisantes, un poco de pasta…
Salsas espectaculares
Esos trocitos de queso que ya no quiere nadie o los restos de las conservas de pescado pueden convertirse en una salsa deliciosa. Prueba a aliñar esa rica hamburguesa con un queso cremoso o pica el atún o los mejillones y mézclalos con tomate y huevo duro para acompañar tus macarrones.
¿Y los postres?
Las frutas demasiado maduras o los yogures que están a punto de caducar ya no serán un problema para ti. Hazte un delicioso batido para tu media mañana o tu merienda. Las compotas o mermeladas caseras también son otra excelente opción. También puedes rellenar bizcochos y tartas con unas fresas o darle un toque muy esponjoso con un poco de yogur. Atrévete a mezclar e innovar. ¿Qué tal unas croquetas de arroz con leche?
Publicidad