OPTA POR LA DIETA MEDITERRÁNEA
Cinco dietas que estuvieron de moda en su día y que jamás deberías hacer
¿Cuántas veces has oído hablar de la dieta milagrosa del momento? Aquella dieta que parece que siguen todos los famosos y que les hace lucir espectaculares, perfectamente tonnificados y sin celulitis. Sin embargo, en las dietas también vale un consejo tan viejo como el mundo: si es demasiado fácil, probablemente no funcione. Es lo que pasa con algunas dietas que en algún momento se pusieron de moda y que no deberías seguir por ninguna razón.
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La dieta alcalina
Se basa en la falsa creencia de que lo que comemos puede modificar el pH de la sangre, es decir los niveles de acidez de nuestro cuerpo, influyendo en el metabolismo y en el peso. En realidad, nuestro cuerpo autorregula los niveles de pH sanguíneo y lo que comemos solamente influye sobre el pH de la orina. No está demostrado que torturarte tomando vasos de agua tibia con limón en cuanto te levantes, o renunciar a una buena tostada de pan integral y a su café con leche sea una dieta eficaz a largo plazo, sin efectos secundarios para tu salud. Es más, la dieta alcalina es una dieta pobre en proteínas y carbohidratos, cosa que provocará a corto plazo la pérdida de tono muscular, y uñas y pelo quebrado.
Dieta crudivegana
Crudo es sinónimo de sano, por lo que puedes asumir solamente alimentos que no hayan sido procesados o que hayas cocido a menos de 48º. Esta es la premisa de la dieta crudivegana. Mientras hablamos de manzanas, zanahorias o lechuga no hay problemas. Cuando pasamos al brócoli o a la berenjena ya no es tan divertido, pero si hablamos de huevos y leche sin pasteurizar el tema puede ser hasta peligroso. Es verdad que es mejor consumir algunos alimentos crudos; sin embargo nuestro cuerpo absorbe mejor algunos tipos de nutrientes cuando el producto es preparado. Además, esta dieta parece efectiva al principio, especialmente entre las personas acostumbrada a consumir muchos alimentos procesados, básicamente porque pasan de zampar galletas todo el día a comer zanahorias como conejos: el peso baja de una forma tan rápida que pensamos que estamos delante de un verdadero milagro. Sin embargo, a la que se deje la dieta se vuelven a recuperar los kilos perdidos y además, mientras comías apio como si no hubiese un mañana, también te estabas cargando tu masa muscular.
La dieta de la Luna
Como lo oyes. Contempla dos ayunos parciales por cada ciclo lunar: cuando haya luna llena y cuando haya luna nueva. Son ayunos de 26 horas y sí, es eficaz: pierdes peso porque no comes y tu cuerpo tira de reservas. El problema es cuando el reloj marca que las 26 horas de ayuno han pasado y tu estás delante de la nevera… en 26 segundos recuperas el peso anterior al ayuno. Vaya timo.
La dieta de los suplementos nutricionales de Katie Price
La británica Katie Price ha creado una línea de suplementos nutricionales que sustituyen el desayuno y la comida, son deliciosos y tienen tan solo 185 calorías. O eso dice su página web. Sí se te permite cenar ligero, pollo o pavo y unas verduritas. ¿Y adelgazas? La pregunta está de más. Pero en cuanto dejes los suplementos la cosa cambia. A menos que tengas pensado cambiar tu tostada matutina por unos polvitos disueltos en agua durante el resto de tu vida. Eso sí, los hay de sabor a chocolate.
La dieta cetogénica o paleo
En este caso la premisa es comer como comía el género humano antes de empezar a trabajar para tener comida. Se basa en una alimentación alta en grasa, moderada en proteínas y baja en carbohidratos, que vienen siempre de vegetales, nueces y semillas. El objetivo es que tu cuerpo, al no recibir la glucosa de los carbohidratos, utiliza la grasa para producir energía. De hecho, es verdad que se adelgaza, más que nada porque estamos acostumbrados a consumir “carbohidratos con”: pan con crema de chocolate, pasta con salsa, galletas con azúcar o crema… Sin embargo si dejas de consumir carbohidratos también te estás perdiendo la energía necesaria para tu cuerpo. Vamos, que no compensa a largo plazo.
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