¿Comer helado no es saludable? ¡Rompemos el mito!

Es especialmente durante la etapa de verano cuando los helados se convierten en la mejor alternativa para paliar el calor. De fresa, de vainilla o de chocolate...sea cual sea tu preferido, suele surgir el mismo interrogante ¿El helado engorda? Es habitual encontrarse con este tipo de preguntas, pero esto ya es un mito. En los últimos años, los avances sobre dicho producto han perseguido la idea de no perjudicar la salud de aquellos que lo consumen, ya que, sobre todo las heladerías artesanales se han centrado en elaborar este postre tan refrescante sin gluten y sin azúcar en todos los sabores posibles.

El secreto está en usar ingredientes frescos durante su fabricación, un bajo aditivo en grasas, disminuir su cantidad de azucares o sustituir la grasa animal por la de origen vegetal. Como consecuencia, los helados no pueden conservarse más de dos días. Mientras que, los mantecados convencionales, que si se mantienen adecuadamente aguantan mucho más tiempo, suelen contener entre un 20% y un 30% de grasas, y además, nuestro cuerpo no los digiere con facilidad.

Otro factor positivo que convierte a los helados en un alimento sano, es que contienen vitaminas como A, B6, B12, C, D, E y K y antioxidantes capaces de prevenir el envejecimiento. Se suma, que ayudan a tonificar nuestro cuerpo gracias al fósforo e incrementan nuestra libido debido al calcio.

De hecho, son muchos los especialistas que aseguran que incorporar este alimento a nuestra dieta no supone ningún riesgo. A pesar de que cada vez es más habitual encontrar helados de este tipo, nutritivos y fabricados con ingredientes beneficiosos, está en nuestra mano no abusar de ellos, e ingerir este producto refrescante en su justa medida. Aún así, si te preocupa este asunto, aquí tienes algunas recetas para disfrutar del helado de manera saludable.