TRUCO
Cómo recuperar el pan de ayer y que parezca recién hecho
Como el pan es un alimento tan utilizado y tan versátil es una pena tirarlo cuando se pone duro, esta es la forma de poder volver a hacerlo comestible de nuevo.
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El pan es uno de esos alimentos que se antojan indispensables en cualquier mesa española. Es un complemento perfecto para casi cualquier plato y es costumbre que haya pan siempre a la hora de comer. Pero dentro de la versatilidad que ofrece el pan para comer, hay que contar con lo poco que dura, ya que después de un día ya se pone duro y no se puede comer.
Cuando el pan se endurece, bien se puede utilizar para hacer tostadas, ya que el calor reblandece su interior, o bien se tira a la basura, que es lo más habitual. Pero lo cierto es que hay una técnica que puede alargar la vida del pan y que al día siguiente todavía esté como recién hecho.
Para ello, hay que utilizar el horno. Antes de nada es necesario precalentarlo a una temperatura muy alta, cerca de los 230 grados por arriba y por abajo. El siguiente paso consiste en humedecer ligeramente la barra de pan endurecida por ambos lados, ya que la dureza es producto de la sequedad, es decir, la humedad del pan se queda en el ambiente y este se endurece.
Una vez se haya calentado el horno, se introduce la barra y después de cinco minutos dentro, se retira. En este momento, el pan debería estar un poco tostado, por lo que el siguiente paso es volver a introducir del otro lado durante un par de minutos más. Cuando este par de minutos pase, el pan debería estar comestible de nuevo.
Si bien este es un truco que puede devolverle la esponjosidad y crujiente característico del pan, también es un truco que es efímero. A pesar de que dará para comer, se volverá a poner duro más rápido que la primera vez. Cuando se vuelva a poner duro se podrá utilizar para tostadas, picatostes o pan rallado, para no tirarlo y seguir aprovechándolo al máximo.
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