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Las croquetas de pollo asado más cremosas: la receta que tienes que probar
Crujientes por fuera y con un interior suave y lleno de sabor, estas croquetas de pollo asado aprovechan al máximo los jugos de la carne para conseguir una textura inigualable. Te contamos cómo prepararlas paso a paso y el truco definitivo para que queden perfectas.
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Si hay un aperitivo que nunca pasa de moda, son las croquetas. Son un clásico en cualquier bar de tapas y, cuando están bien hechas, es imposible comer solo una. Aunque las más tradicionales suelen ser de jamón, hay muchas variantes que llevan esta receta a otro nivel. Y hoy te traemos una que te hará olvidarte de todas las demás: croquetas de pollo asado.
Esta versión, popularizada por el creador de contenido @oriolbarnaucocina, no solo es una forma deliciosa de aprovechar los restos de un pollo asado, sino que consigue un sabor espectacular al incluir sus jugos en la bechamel. El resultado: una croqueta con un interior cremoso y un rebozado ultra crujiente.
Ingredientes
Sobras de pollo asado (incluyendo la piel)
- 1,5 L de leche entera
- 500 g de jugo del pollo
- 200 g de mantequilla
- 200 g de harina de trigo
- Sal y pimienta negra molida al gusto
- Harina
- Huevo
- Panko
Paso a paso
1. Pica bien la carne del pollo que te ha sobrado de la comida del domingo, asegurándote de incluir la piel para potenciar el sabor.
2. Calienta los jugos del pollo en un cazo, llévalos a ebullición, cuélalos y resérvalos.
3. Derrite la mantequilla en una olla y añade la harina para formar un roux dorado. Poco a poco, incorpora la leche caliente sin dejar de remover para evitar grumos.
4. Una vez la bechamel esté lista, agrega los jugos del pollo y la carne picada. Mezcla bien hasta conseguir una textura cremosa y homogénea.
5. Pasa la masa a una bandeja, deja enfriar y guárdala en la nevera al menos 4 horas (o mejor, toda la noche).
6. Coge porciones de masa, dales forma y pásalas por harina, huevo y panko para un resultado extra de crujiente.
7. Fríelas en aceite caliente hasta que estén doradas. Déjalas escurrir sobre papel absorbente y sírvelas calientes.
El truco definitivo para que queden cremosas
El gran secreto de estas croquetas es utilizar los jugos del pollo asado en la bechamel. Esto intensifica el sabor y aporta una untuosidad espectacular. Además, usar panko en lugar de pan rallado tradicional da como resultado un rebozado mucho más crujiente.
Si alguna vez has tenido problemas para conseguir croquetas cremosas por dentro y crujientes por fuera, esta receta es la solución. El pollo asado aporta un sabor intenso, la bechamel queda en su punto perfecto y el rebozado crujiente hace que cada bocado sea una delicia.
Ahora solo falta lo más difícil: esperar a que se enfríen un poco antes de comértelas todas.
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