¡Deja de contar calorías! Estas son las ventajas de hacer una dieta hipercalórica

La nutrición moderna parece estar de acuerdo en que contar calorías no funciona. Solo contribuye a estresarnos, hacer de nuestra vida un infierno, dar lugar a ansiedad y sus consiguientes atracones y hacer que abandonemos la dieta en poco tiempo. De hecho, antes de iniciar cualquier dieta es importante pararnos a pensar cuáles son nuestras verdaderas necesidades y cómo adaptar nuestra alimentación a nuestro estilo de vida.

Es decir, que mientras hay personas que necesitan adelgazar, otras requerirán ganar masa muscular en lugar de seguir perdiendo peso, o ambas cosas, y habrá quien necesite ganar algo de peso para estar mejor a la vez que mejora también su estado físico. De hecho, nos obsesionamos con perder peso sin ser conscientes, a menudo, de cómo es nuestra genética y nuestra estructura ósea, en ocasiones sin darnos cuenta de que lo que verdaderamente necesitamos es tonificar, ganar algo de masa muscular y lucir fuertes y fibrados. Además, muchas personas que han bajado peso de forma súbita ya sea por motivos médicos o psicológicos necesitan volver con rapidez a su peso normal y, sobre todo, ganar toda la masa muscular que se ha perdido al haber bajado de peso de forma exprés.

Las dietas hipercalóricas son perfectas para aquellas personas que desean ganar algo de peso y ganar masa muscular, y para ello no sirve cualquier cosa. Es necesario llevar un control sobre la alimentación (no, no hay carta blanca para comer Nutella a cucharadas de madrugada) y aportar calorías saludables, siempre de forma racional y equilibrada. Todo ello, acompañado de ejercicio físico regular y alimentos que ayuden a la creación de músculo. ¿Qué pasos debo seguir?

En primer lugar, es importante aumentar la cantidad de hidratos de carbono, pero que sean saludables. Pasta, arroz, pan, cereales refinados... Se pueden comer en todas las comidas, así como las patatas.

Aumenta la cantidad de proteínas, que favorecerán la formación de músculo y nos ayudarán a aumentar el volumen y el peso. A poder ser, evita las carnes rojas (no las consumas más de una vez a la semana) y apuesta por pescados, legumbres y otras fuentes de proteína. Los frutos secos te serán de gran ayuda, pues son una buena fuente de proteína (aunque también de carbohidratos y grasas poliinsaturadas), muy calóricos, perfectos para un tentempié a cualquier hora. También puedes optar por prepararte batidos de proteína, siempre que realices un entrenamiento intenso para ganar masa muscular.

Grasas. También son muy necesarias cuando estamos en plena campaña para ponernos fuertes. Se recomienda alrededor de 1 g por kg de peso, aunque siempre depende de las características físicas, la altura y el peso, el estado físico, la actividad física y los objetivos finales de nuestro plan de alimentación.

Si deseamos ganar bastante peso, debemos ser pícaros y optar por ágapes con un gran aporte calórico y poco volumen, que no nos sacien enseguida. Los quesos son una buena opción, pues aportan grasas y proteínas y no nos sacian con facilidad. Opta por los quesos duros, que aportan muchas más calorías que los de pasta blanda (de hecho, pueden contener hasta el doble de grasa).

No te saltes comidas, y a poder ser intenta comer cada tres horas. Unas natillas caseras, unos frutos secos, pan con aceite de oliva virgen extra, frutas desecadas, aguacates, mantequilla... son alimentos de alto valor calórico y poco volumen en el plato.

Sí a la recena. Intenta cenar más o menos pronto y optar por una recena antes de irte a dormir. Pueden ser unas galletas con yogur, algo de pan con pavo o jamón, un postre lácteo, unos biscotes...

Ponte en manos de un entrenador. Si de verdad deseas ganar masa muscular, moldear, tonificar y ganar algo de peso tienes que tener claros cuáles son tus objetivos y seguirlos a rajatabla con la ayuda de un profesional, que te diseñe un plan de entreno pensado específicamente para tus necesidades y tu condición física. Y, sobre todo, olvida los suplementos y apuesta por conseguir tus objetivos de forma más gradual pero saludable, simplemente introduciendo algunos cambios en tu dieta y en tu estilo de vida. ¡Verás cómo lo consigues si te lo tomas en serio!