SEGÚN UN ESTUDIO
Dime qué comes y te diré cómo duermes: la dieta a seguir para un buen descanso
Según el estudio de AdSalutem Instituto del Sueño, la dieta mediterránea tiene efectos beneficiosos en la calidad del sueño. Del mismo modo, comer ultraprocesados puede hacernos entrar en un bucle de insomnio. Te contamos qué dieta seguir para un buen descanso.

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Dormir bienes uno de los pilares fundamentales para gozar de una salud óptima, y si hablamos de los hábitos que influyen en el descanso, la alimentación juega un papel crucial. Según el estudio de AdSalutem Instituto del Sueño, la dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres, pescado y aceite de oliva, tiene efectos beneficiosos en la calidad del sueño.
Dieta mediterránea y un sueño reparador
En este estudio, realizado por investigadores del ámbito de la nutrición, se ha encontrado que las personas que siguen una dieta mediterránea tienden a experimentar un sueño más reparador y de mejor calidad, en comparación con aquellos que adoptan patrones alimenticios menos saludables.
Una mala calidad del sueño nos puede llevar a consumir alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas y grasas saturadas, al día siguiente. Y así entramos en un bucle de insomnio del que es difícil salir.
Además, ciertos hábitos, como saltarse el desayuno o comer fuera de casa con frecuencia, también pueden afectar negativamente el descanso nocturno.

La relación entre lo que comemos y cómo dormimos no es algo nuevo, pero este análisis resalta la importancia de una alimentación equilibrada en la mejora de la calidad del descanso. La clave de la dieta mediterránea está en sus nutrientes, que incluyen antioxidantes, grasas saludables y proteínas que favorecen el bienestar general del cuerpo, que contribuyen directamente a un sueño profundo y reparador.
¿Qué hace tan especial a la dieta mediterránea?
El aceite de oliva, que es uno de los ingredientes estrella de esta dieta, posee propiedades antiinflamatorias que no solo benefician al sistema cardiovascular, sino que también influyen en el sistema nervioso, favoreciendo un descanso nocturno más reparador. Además, el consumo de pescado azul, rico en ácidos grasos omega-3, mejora la circulación sanguínea y contribuye a una mejor regulación de los ritmos circadianos, esenciales para el buen dormir.
Otro de los elementos clave es el consumo de frutas y verduras frescas, que proporcionan vitaminas y minerales esenciales para el funcionamiento adecuado del organismo, como el magnesio, conocido por sus efectos relajantes y calmantes. La dieta mediterránea, al ser tan variada y rica en alimentos frescos, asegura una ingesta constante de nutrientes que son cruciales para reducir el estrés y la ansiedad, factores que, como sabemos, dificultan un descanso adecuado.
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Beneficios más allá del sueño
Más allá de los beneficios que la dieta mediterránea ofrece en la calidad de sueño, esta también está vinculada a una serie de ventajas para la salud en general. Investigaciones previas han mostrado que las personas que siguen este tipo de alimentación tienen menos probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas, como diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares. Además, el impacto positivo en la salud mental es considerable, con mejoras en la memoria, concentración y reducción de síntomas depresivos.
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