Echa la sal en el momento perfecto: ¿antes o después de cocinar?

Echar la sal cuando se cocina un plato, aunque parezca fácil y un detalle sin importancia, es todo lo contrario. Saber el momento perfecto para echar la sal es fundamental para que la comida tenga el sabor adecuado. Independientemente de que te guste más o menos comer salado, la sal es el ingrediente que nunca puede faltar en cualquier plato. Ahora bien ¿es indiferente el momento en el que se añada este condimento? Lo cierto, es que siempre dependerá del plato que estés preparando. En ocasiones será mejor echarla antes, en otras durante el proceso o después del cocinado.

A cada persona le gusta en diferentes cantidades, pero debes saber que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no sobrepasar el consumo de 5 gramos de sal al día, ya que puede provocar hipertensión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Cuándo echar la sal según lo cocinado

Saber cuándo echar la sal es imprescindible. Si se están cocinando alimentos como la carne, entonces la sal no debe echarse antes del cocinado, porque absorbe los líquidos. En caso de hacerlo, podría quedar seco. Por ello, es mejor salar después de sellarla o servirla, de esta forma, podrás masticar sin problema y sin demasiado esfuerzo.

Otra situación en la que la mayoría de las personas nunca tienen claro es si echar la sal antes de que hierva el agua o después. Cuando se trata de cocer pasta, lo más aconsejable es echarla una vez que el agua comience a hervir. En caso contrario, estarías retrasando el proceso de ebullición y tardaría más tiempo.

Si se trata de un guiso o un cocido, añade la sal cuando el guiso esté ya terminado. En cambio, si estás realizando un sofrito o un salteado, debes ir probando según vayas añadiendo los diversos ingredientes que acompañan al cocinado. Se aconseja añadirla poco a poco mientras se está cocinando para poder rectificar en caso de que sea necesario. Además, echar sal al meter las verduras al fuego, ayuda a que las verduras suelten agua y se cocinen rápidamente. Eso sí, durante el cocinado no olvides comprobar el sabor para no pasarte o quedarte corto con la sal.