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LAS DIETAS RESTRICTIVAS TIENEN CONSECUENCIAS PARA NUESTRA SALUD

El efecto yoyó: ¿por qué recupero tan rápido el peso perdido en la dieta?

Si reduces calorías de forma desmesurada, tu cuerpo gasta menos energía y almacena todo lo que puede para enfrentarse a la reducción drástica de aporte energético. Las dietas milagro no existen.

El efecto yoyó: ¿por qué después de hacer dieta recupero el peso perdido?

¿Por qué después de hacer dieta recupero el peso perdido?G+J

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Miras el calendario, y esa semana de vacaciones o la boda de tu hermana se acercan peligrosamente. Esos kilosde más que prometiste perder a principios de año siguen ahí. Así que decides eliminar de tu alimentación cualquier tipo de carbohidrato o apuntarte a la dieta de la manzana o de las 500 kilocalorías para poder despedirte de ese molesto michelín y entrar en ese vestido perfecto.

Si escoges cualquiera de esas opciones, probablemente no sea un adiós, sino un ‘hasta luego’. Cuando regreses a los hábitos de alimentación que mantienes en tu día a día, los kilos regresarán y puede que hasta acompañados de un par más. ¿Por qué? Nuestro organismo se vuelve ahorrador.

Si reducimos calorías de forma desmesurada, nuestro cuerpo gastará menos energía y almacenará todo lo posible para poder enfrentarse a esa reducción drástica de aporte energético. Por eso, cuando dejamos una dieta estricta el organismo aumentará sus reservas por si volvemos a privarle de energía.

Más desventajas
Estas dietas no solo provocan una recuperación o aumento del peso inicial, también tienen efectos perjudiciales para la salud. En primer lugar, si nos acostumbramos a recurrir a ellas cuando queremos perder unos kilos, nuestro metabolismo se resentirá y responderemos cada vez peor a cualquier tipo de dieta. Además, si mantenemos este hábito podremos desarrollar en el futuro problemas cardiovasculares como la hipertensión, aumentar el riesgo de sufrir cálculos biliares e incluso padecer obesidad. También puede afectarnos a nivel psicológico. La restricción severa de calorías nos provoca mal humor e irritabilidad, y el hecho de no conseguir los resultados esperados puede generar estrés, ansiedad y depresión.

La respuesta: aprender a comer
El truco no está en vivir en una dieta permanente, sino en adquirir unos hábitos alimentarios saludables. Si queremos alcanzar un peso adecuado y obtener todos los nutrientes esenciales que nuestro organismo necesita no podemos recurrir a dietas restrictivas que solo tienen consecuencias negativas a medio y largo plazo. Lo más importante para conseguir unos resultados adecuados es la constancia en las buenas costumbres.

Claves para una alimentación equilibrada
Un régimen milagroso se puede basar en distintos hábitos perjudiciales para el organismo, como comer solamente ciertos grupos de alimentos, excluir otros, eliminar comidas o sustituirlas por batidos o barritas. En general los expertos recomiendan todo lo contrario.

Nunca te saltes una comida: lo mejor es hacer 5 comidas diarias, incluyendo la media mañana y la merienda. Hacer ayuno altera nuestro metabolismo y favorece que nuestro organismo almacene energía.

No elimines carbohidratos o grasas saludables: dejar de tomar pan, legumbres o arroz no es la solución. Necesitamos esos nutrientes y si no los tomamos nuestro cuerpo se resentirá.

- No a las privaciones estrictas: mantén una alimentación saludable, pero los caprichos, de forma ocasional, no te perjudican. Al contrario, si estás acostumbrado a unos hábitos sanos, al comer una pizza crujiente con queso o una hamburguesa con patatas tu cuerpo eliminará esa grasa porque no la necesitará.

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