Hay esperanza para los amantes del queso a régimen
¿Estás a dieta y mueres por un poco de queso? Estos sí puedes tomarlos
Aunque los nutricionistas suelen vetar el queso, hay algunos que son bajos en grasas y en calorías.
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La vida es dura y, cuando se trata de perder kilos, aún más. Es una lástima, pero es así. Por eso, cuando uno se ve ante el espejo y toma la decisión de cuidar su alimentación eliminando grasa y calorías, los quesos suelen ser los primeros damnificados. Esto, para la gente que no puede vivir sin un trocito de semicurado al día, puede ser un suplicio.
Pero hay una esperanza. Una deliciosa, además. Se trata de los quesos de pasta blanda, como el Brie o el Camembert. Estos sí pueden permanecer en la dieta sin sabotearla. ¿Cómo es posible? Nos lo explica Luc Talbordet, de la quesería Fromagerie Can Luc de Barcelona. “Estos tienen entre un 20 y un 25% de grasa frente a los quesos curados, como los manchegos, que superan el 45%. Lo que ocurre es que el queso curado pierde todo el agua en el proceso de elaboración, convirtiéndose en un alimento mucho más denso y con más grasa, por tanto. Los blandos tienen más agua y, por tanto, la mitad de grasa”. Talbordet desmiente así un mito bastante difundido: el hecho de que mucha gente considera que los quesos de pasta blanda son más grasos.
La recomendación de este quesero es que, si no queremos renunciar a los quesos, optemos por estos para incorporarlos a nuestra dieta, aunque siempre de forma moderada si hay una dieta de por medio. Quesos como el Brie pueden dar el toque de gracia a un plato de verduras, a una ensalada o incluso a una quiche. Talbordet da algunas ideas como “un plato de espinacas con una pizca de queso de cabra de pasta blanda o una ensalada multicolor coronada por unos pedacitos”.
Hay que recordar que se trata de quesos muy sabrosos, con lo que no es necesaria una gran cantidad para marcar la diferencia. Además del Brie o del Camembert, Talbordet recomienda, barriendo para casa, algunas referencias francesas. “El Crottin de Chavignol es perfecto para acompañar unas acelgas, por ejemplo. Otra posibilidad es el Fourme d’ Ambert, que puede ser la guinda para un plato de verduras al horno. Hasta podemos coger un pedacito de Gruyère. Tan solo necesitamos 10 gramos para dar un toque especial a una crema de verduras casera y sencilla”. Con estos consejos, ¿quién puede decir que los quesos y la dieta son enemigos declarados?”.
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