MUCHO CUIDADO
Esto es lo que nunca deberías hacer con el pollo
El pollo ofrece infinitas variedades de prepararlo para disfrutar de su sabor. Podemos cocinarlo entero o cortarlo en piezas, pero nunca debemos cometer este error... La forma correcta de eliminar cualquier tipo de bacteria es esta.
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El pollo es uno de los alimentos más versátiles a la hora de prepararlo. Es una carne baja en grasas y rica en proteínas de alta calidad que nos aporta vitaminas y minerales. Entre ellos minerales como el calcio, el potasio o el hierro. Podemos cocinarlo entero o cortar las piezas, pero independientemente de la receta nunca debemos cometer este error a la hora de prepararlo.
Sabemos que el pollo crudo puede contener bacterias en su superficie que debemos eliminar antes de consumirlo. Si no lo cocinamos correctamente, nos podría causar una intoxicación alimentaria. Para eliminar estas bacterias podemos llegar a pensar que basta con lavar la carne en agua igual que hacemos con las frutas y verduras, pero no. La presencia de la salmonella seguirá viviendo en el alimento y, además, con el agua incrementarás la presencia de la bacteria y el riesgo de causar contaminación cruzada. Después de manipular el pollo, tocaremos otras superficies con las manos en las que iremos depositando los gérmenes. Esas bacterias se extenderán por otras superficies de la cocina y, con la humedad, se reproducirán aún más deprisa. Si manipulamos otros alimentos podremos transmitir esas bacterias. La única forma de evitar esto es con la siguiente recomendación.
Aunque el pollo ya pase por sistemas de seguridad alimentaria, la forma más efectiva de descartar por completo la salmonella es cocinarlo a altas temperaturas. Cuando llega a 73 grados, se eliminan esas bacterias y ya es seguro consumirlo. Siempre que limpiemos bien los utensilios y las manos después de manipularlo, estaremos seguros.
Así que ya sabes, cuando compres esta carne fríela en la sartén, asegúrate que se cocine bien y directa al plato.
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