Freír con tomillo: La ciencia descubre cómo hacer nuestros platos más saludables

Los aceites vegetales son esenciales en nuestra dieta diaria, pero suelen convertirse en nuestros peores enemigos cuando se utilizan en técnicas de cocción como la fritura. La exposición a altas temperaturas puede llevar a cambios oxidativos que afectan el sabor, la textura y la calidad nutricional del aceite. El aceite de girasol, en particular, es susceptible a la oxidación debido a su alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados.

No obstante, un estudio reciente publicado en el Arabian Journal of Chemistry, recogido en Science Direct, ha descubierto una forma de seguir friendo patatas, calamares, pollo y demás, sin perjudicar nuestra salud ni sacrificar el sabor a frito.

Tras realizar una serie de pruebas y recoger datos, el equipo de químicos ha revelado que agregar tomillo en polvo al aceite de girasol durante la fritura puede tener beneficios significativos para la salud.

El tomillo reduce la oxidación del aceite

El estudio examinó cómo el tomillo en polvo, una hierba comúnmente utilizada en la cocina mediterránea, podría ser la respuesta. El tomillo, además de su sabor distintivo y aroma agradable, demostró tener propiedades antioxidantes notables. La investigación mostró que al agregar tomillo en polvo al aceite de girasol durante la fritura, se redujo la oxidación del aceite, mejorando sus propiedades químicas.

Los resultados han confirmado que la adición de tomillo en polvo al aceite de girasol durante la fritura mejora la calidad del aceite al disminuir los valores de ácido, peróxido y saponificación. Además, ha observado un aumento en los ácidos grasos insaturados, lo cual es beneficioso para la salud de nuestro corazón y vasos sanguíneos.

Ayuda a controlar el colesterol

El estudio no solo se centró en los aspectos químicos del aceite, sino también en cómo esto afecta a quienes consumen los alimentos fritos. En sus páginas cuentan que las ratas que alimentaron con patatas fritas en aceite de girasol con tomillo en polvo experimentaron una disminución en el colesterol total, las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y los triglicéridos. Además, observaron mejoras en las funciones hepática y renal.

Por lo tanto, gracias a esta investigación, ahora sabemos que cada vez que vayamos a freír con aceite de girasol debemos agregar tomillo en polvo, puesto que no solo conseguirá que nuestros platos sean más sabrosos, sino que también los hará más saludables, al reducir los riesgos asociados con el consumo de aceites oxidados.

Mejor elegir el aceite de oliva virgen extra

Aunque su precio esté por las nubes, si hablamos de una alimentación saludable, lo más recomendable es usar el aceite de oliva virgen extra (AOVE), ya que tiene un perfil nutricional beneficioso para la salud cardiovascular. Es rico en ácidos grasos monoinsaturados, especialmente el ácido oleico, por lo que ayuda a aumentar el colesterol HDL ("bueno") y reducir el colesterol LDL ("malo").

Sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, gracias a compuestos como polifenoles, ofrecen protección contra enfermedades cardiovasculares al combatir el estrés oxidativo y la inflamación. Además, el aceite de oliva virgen extra, extraído en frío, conserva mejor sus nutrientes.

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