Fuera tópicos: Berlín es la nueva capital vegetariana

Saveur es la biblia gastronómica de los 'foodies' y el año pasado anunciaron que Berlín se ha convertido en la capital vegetariana del mundo occidental. ¿Por qué? Porque se supone que las opciones vegetarianas han alcanzado la 'paridad' con las carnívoras. Es decir, que el currywurst pierde terreno ante opciones 'veggies'. Nos acercamos hasta la ciudad alemana para comprobarlo.

Tenemos la suerte de acudir en el segundo fin de semana de mes, que coincide con el Street Food Market que se celebra en el KulturBrauerei (Schönhauser Allee, 36), un edificio industrial del siglo XIX. Allí, en su amplio patio se disponen 'food trucks' con todo tipo de opciones entre las que, efectivamente, ganan peso las que prescinden de la carne y el pescado. Un ejemplo son los gofres tipo coca de Nimm's Mitchen, como el que, con una masa que lleva zanahoria y toppings variados como calabaza, rúcula, semillas de sésamo, manzana, copos de coco y curry rojo. Al lado, una pareja asiática despacha baos en los que gana, otra vez, la opción que no lleva la carne. Estos bocados se acompañan de cerveza artesana (otra megatendencia global) y de la música de un dj que pincha en directo.

Oculto en un edificio del Mitte, Cookies Cream (55 Behrenstrasse) el restaurante del chef Stephan Hentschel y, aunque dar con él es un poco difícil (no hay carteles ni indicaciones y la entrada está rodeada de contenedores), entrar tiene premio: caviar de algas con queso de ricotta, gyozas de esencia de apio con manzana o los dumplings de parmesano con trufa merecen la pena y el ambiente es 'hipster' y relajado. Cenar en este 'loft' semiclandestino, sin duda, una experiencia diferente. Los menús empiezan desde 44 euros en adelante, con bebidas aparte.

Y si queremos una opción más tradicional (lo que viene a ser un restaurante en el sentido más estricto del término), una opción es acudir a Lucky Leek, (Kollwitzstrasse, 54) en Prenzlauer Berg, donde la chef Josita Hartanto ha logrado una cocina vegana, pero sabrosa, que la ha hecho merecedora de una mención en la Guía Michelin. El menú degustación incluye platos como su pan de berenjena con seitán y tofu con ensalada de calabacín o su sopa de tomate con 'dumplings' de vegetales. La mousse de chocolate y melocotón con helado de calabaza y cítricos es el broche perfecto. Los precios van desde los 55 euros el menú, con una opción de maridaje (muy interesante) aparte.