¿SABE A HARINA? ¿DEMASIADO LÁCTICA? ¿SE PUEDE MASTICAR?
¿Grumos? ¿Harinosa? ¿Por qué no te sale la bechamel? Pues porque no la haces así
Los problemas habituales de nuestra bechamel casera son los terribles grumos, un intenso sabor a harina, demasiado espesa o demasiado líquida, un sabor a leche que tampoco es lo que mejor siente a nuestros platos o un desajuste entre las cantidades de ingredientes. Pero esto no tiene por qué pasar si seguimos algunos truquillos, como los que nos explica el chef del restaurante Pepa Tomate (Plaça de la Revolució, 17. Barcelona), que nos enseña a hacer una bechamel perfecta, sabrosa y sin grumos, en dos minutos. Y de paso, ya que está, nos prepara unas croquetas de bonito en dos minutos más. ¿Queréis ver cómo?
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