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Tu cuerpo te lo agradecerá

10 hábitos veraniegos que debes abandonar inmediatamente

El finaaaal del veraaaano llegó... y tú partirás. No nos pongamos melancólicos pero toca meter en vereda nuestros hábitos alimenticios... sigue nuestros consejos.

Por favor, por favor, abandonen el chiringuito...

Por favor, por favor, abandonen el chiringuito...Wikipedia

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"Adiós, bikini. Te has portado bien. Has sido un buen traje de baño. Para empezar, demostraste tu elasticidad, permitiendo que mi cuerpo cupiera en ti, a pesar de que había indicios que apuntaban a que no iba a ser así. Te has secado razonablemente rápido y me has acompañado en no pocas vicisitudes... gracias por todo, pero ahora toca que vuelvas al armario y que le des el relevo a tu amigo, el jersey de cuello vuelto".

Esto es el final del verano: decir adiós a muchas de las cosas que nos han acompañado y olvidarnos de chanclas, toallas y, snif, protectores solares. A cambio, nos recibe de nuevo la ciudad con su rutina y sus horarios estrictos. Durante estos días de desenfreno, hemos adoptado hábitos que seguramente no podremos mantener ahora, que ya hemos vuelto al redil. Toca abandonarlos y creenos, tu cuerpo te lo agradecerá.

Fin del caos. El verano es una época de relajación de costumbres. Seguramente has alterado horarios, has comido donde te pillaba, no has planificado menús y eso, aunque tú no lo creas, te ha pasado factura. Es hora de volver a meter todo en vereda. Planificar el menú semanal es una de las primeras acciones que deberías abordar.

Nada de pasar de desayunar. Las largas noches de verano te han llevado a levantarte tarde, demasiado tarde. El principal damnificado ha sido el desayuno, que ha terminado desapareciendo de tu dieta. Muy bien, ahora toca recuperar la considerada como la comida más importante del día. La has sustituido por una bolsa de patatas fritas a mediodía y eso no está bien.

Adiós al aperitivo. La cañita + tapa de antes de comer es una institución durante las vacaciones. Es decir, no la has perdonado ni un solo día, lo que ha derivado en un aumento de peso. A la vuelta a la ciudad, tendrás la tentación de seguir con ese nuevo hábito adquirido, pero la verdad es que es hora de dejarlo atrás.

Despídete del helado. Con la excusa de que es 'un producto de temporada' es más que probable que hayas consumido más helados de la cuenta. Recuerda que es un alimento calórico aunque sea artesano. No hablemos ya de las versiones industriales, que incluyen grasas añadidas y otros aditivos de cuyo nombre no quieres acordarte. Y bien que haces.

Cenar a las 12 de la noche: prohibido. El hecho de que haya estado anocheciendo a las 10 de la noche te ha confundido, que diría el gurú de la vida Dinio. Por eso, más días de los que te conviene has acabado sentándote a cenar casi a medianoche, con lo que tu cuerpo se ha tenido que ir a la cama a hacer la digestión. Sí, lo de las noches toledanas no era solo por el calor.

Vuelve a cocinar. Es hora de que redescubras cierto espacio de tu casa en el que no has puesto un pie desde que pillaste vacaciones: la cocina. Que sí, que en julio y agosto ha hecho mucho calor como para andar entre fogones o encendiendo el horno, pero ahora es el momento de volver a ponerte el delantal: no hay comida más sana que la hecha en casa.

Abandona el 'efecto chiringuito'. Denominamos 'efecto chiringuito' a ese estado transitorio en el que llegas a asumir como normal apretarte cada día una ración de bravas, croquetas o pescaíto frito. Llega un momento en que tu mente llega a pensar que las raciones son la base de la pirámide alimentaria y, perdona que te digamos, pero no es así.

Las legumbres, ¿dónde están? Con la bajada del termómetro, es el momento de redescubrir unas aliadas a la hora de equilibrar tu alimentación: las legumbres. Injustamente relegadas en verano, llega la hora de volver a consumir judías, lentejas o garbanzos. Son ricas en fibra e hidratos de carbono complejos.

Menos alcohol. Fin de la cañita. Fin del gin-tonic digestivo después de comer. Fin del mojito a pie de playa. Diles adiós a tus amigos euforizantes del verano, llega el momento de hacer un pequeño 'detox' si te has pasado con el consumo de alcohol. Si quieres terminar con esa barriguita que ha aparecido, esto te ayudará.

Más ejercicio físico. En verano decidiste que dejabas de correr por miedo a sufrir golpes de calor, desmayos o flatos. Ahora que va a empezar a hacer más fresquito, recupera tus hábitos saludables. Natación, 'running', tablas de abdominales... lo que sea. Tu cuerpo lleva amodorrado dos meses y hay que despertarlo.

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