GUÍA PARA ELEGIR EL JAMÓN

Jamón cocido, serrano o ibérico: descubre cuál es el más saludable y por qué

El jamón ibérico, el serrano y el cocido tienen propiedades nutricionales muy distintas. Cada uno puede ser más o menos saludable dependiendo de cómo loc onsumas y lo que necesites. Te contamos todo para que elijas el mejor para ti.

Jamón

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El jamón es un alimento estrella en la dieta mediterránea, pero no todos sus tipos son iguales. Desde el jamón cocido hasta el ibérico de bellota, cada variedad tiene características nutricionales únicas que determinan su impacto en nuestra salud.

El jamón ibérico de bellota es la opción con más calorías, pero también una de las más beneficiosas para la salud cardiovascular cuando se consume con moderación.

Cortando jamón
Cortando jamón | Freepik

Según un estudio publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry, su contenido en ácidos grasos saludables mejora los niveles de colesterol y triglicéridos. Además, es rico en proteínas, antioxidantes, minerales y vitaminas del grupo B, que lo convierten en una fuente nutricional completa.

El jamón serrano, por su parte, tiene menos calorías y grasas que el ibérico, aunque contiene menos ácido oleico, un componente destacado del ibérico por sus beneficios cardiovasculares. Sin embargo, su elevado contenido en sodio puede representar un riesgo para personas con hipertensión o enfermedades cardiovasculares, por lo que debe ser consumido con precaución.

El jamón cocido destaca por su bajo contenido en grasas y calorías, lo que lo convierte en una opción ligera para dietas con control calórico. Sin embargo, puede incluir conservantes, aditivos y azúcares añadidos que lo hacen menos saludable en comparación con los jamones curados de calidad. Por ello, es fundamental leer las etiquetas y optar por opciones sin estos ingredientes adicionales.

Jamón cocido
Jamón cocido | iStock

La respuesta depende de las necesidades y objetivos de cada persona. Si se busca una opción rica en nutrientes con beneficios cardiovasculares, el jamón ibérico es una gran elección, siempre que se consuma con moderación.

Para quienes necesitan controlar el consumo de grasas, el jamón cocido puede ser útil, pero es importante elegir uno que sea de alta calidad. El jamón serrano, aunque intermedio en cuanto a calorías, requiere cuidado por su contenido en sodio. Sea cual sea tu elección, el equilibrio y la moderación son la clave para disfrutar del jamón como parte de una dieta saludable.

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