18 de junio, Día Mundial del Sushi
Llevas comiendo mal el sushi toda la vida, baby
Aunque creas que eres el mayor experto sobre la faz de la tierra en comida japonesa, eso no es así. Es más, seguramente llevas haciendo mal un montón de cosas desde siempre.
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Bienvenidos a una clase de sushi acelerada con motivo del día mundial de la comida más conocida de Japón. En esta fecha tan señalada, vamos a aprovechar para daros lo vuestro y recordaros todo lo que hacéis mal cuando vais al restaurante japonés… que no es poco.
No lo cojas con los palillos. Hablamos en este caso de los nigiris –en los que la lámina de pescado se pone encima de una bola de arroz- o de los makis –que se presentan envueltos en alga nori-. Déjate de liarte con los palillos porque es tan sencillo como cogerlos con la mano y llevártelos a la boca. Ñami.
Se moja el pescado solamente. En la salsa de soja, nos referimos, claro. Esto, en el caso de los nigiris, requiere un pelín de destreza para que el pescado no acabe cayendo en el cuenco. No se moja el arroz porque chupa demasiado la salsa y quedaría un bocado demasiado salado.
Cuando el sushi tiene su propia salsa, no la mojes también en la de soja. ¿Crees que un chef te pone delante un plato de sushi con una salsa supercurrada para que la ignores? O algo peor: ¿consideras que puedes mojar el nigiri de atún en su salsa de kimchi y luego en la de soja? Pues no, claro.
Wasabi sí, pero no en la soja. Ese gesto de coger una bolita de wasabi y hundirla en la salsa de soja es algo que muchos hacemos cada vez que nos ponemos ante una bandeja de sushi. Para empezar, no es obligatorio ponérselo y, para seguir, se suele añadir en el pescado, así que es probable que ya lo haya añadido el chef.
Jengibre, sí, pero solo para limpiar el paladar. Y así poder pasar, por ejemplo, de un nigiri fusión de cangrejo a uno más desnudito de pez limón. No se te ocurra acabártelo como si fuera un plato más y, desde luego, pedir otra ración es de mal gusto…
El sushi se come de un bocado. Seguramente, lo habrás visto más de una vez. Siempre hay un comensal por mesa que intenta desesperadamente cortar con los palillos los nigiris, intentar mordisquearlos varias veces sin descomponerlos, etc. Nada de esto: cada pieza se toma de un bocado, por muy grande que nos parezca.
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