Mantente hidratado en verano sin sumar calorías con estas 5 refrescantes ideas

La hidratación es imprescindible es cualquier época del año, pero en verano mucho más. El  cuerpo depende completamente del agua, sin ir más lejos, la proporción de agua en nuestro organismo es del 80%. Beber agua es muy importante, los expertos recomiendan tomar entre 2 y 2,5 litros cada día. Además, ¿sabías que la falta de hidratación es una de las principales causas de envejecimiento?

¿Por qué hidratarse?
La hidratación es muy importante para mantener un buen estado de salud. Nuestro organismo consume y pierde líquidos naturales constantemente, sobre todo si se realizan actividades físicas.

Por eso hay que intentar que esos líquidos perdidos se recuperen y solo es posible hacerlo con una buena hidratación, con una base de agua y, claro, con una buena alimentación.

Pero no solo de agua nos podemos hidratar. También podemos hacer que esta sea más divertida refrescante y diferente. La limonada, el agua de sabores o el té frío son buenas opciones para hidratarnos y refrescarnos, de manera que para el verano se pueden volver unos imprescindibles. Y, además de refrescantes e hidratantes, son fáciles de hacer y cuidan tu línea.

Ideas refrescante para el verano
Limonadas caseras: la limonada es todo un clásico en verano. Con limones, azúcar y agua tendremos una rica limonada en cuestión de segundos. Pero también le podemos dar un toque diferente añadiéndole a esta mezcla otras frutas. Esta es una idea fácil, refrescante y sana, al alcance de todo el mundo. Si quieres reducir las calorías de esta bebida, puedes sustituir el azúcar por un edulcorante sano, tipo estevia.

Batidos de fruta: son muy refrescantes y en verano apetecen mucho. Se pueden hacer con cualquier tipo de fruta. Para que sean sanos solo tienes que reducir al máximo su contenido en azúcar. Con el de las frutas es suficiente, aunque si quieres darle un toque más dulce puedes utilizar un endulzante sano como el sirope de agave o el de arce. ¡Le dará un toque muy especial!

Además, si utilizas leche desnatada conseguirás una textura más líquida y más apetecible en verano. También puedes aligerarlos un poco con agua.

Aguas de sabores: lo principal es combinar frutas, verduras, especias y hierbas con agua muy fría (o con hielo). Como se trata de una infusión, lo mejor es moderar las cantidades. No es una bebida que necesite azúcar, pero para los amantes del dulce, se puede añadir estevia, miel, edulcorante, azúcar moreno… Basta con cortar las frutas en láminas finas para que suelten su zumo y den sabor al gua. Las hierbas aromáticas son tus aliadas en este tipo de bebidas. Prueba a añadir hierbabuena o menta, le dará un toque muy refrescante.

Sorbetes ligeros: los sorbetes son una opción perfecta como postre de cualquier comida. Y, aunque se tomen durante todo el año, en verano apetecen especialmente más. Son perfectos para cuidar la línea. Con tu zumo de fruta favorito y agua, puedes preparar en casa un rico sorbete sin ninguna dificultad. Solo necesitas enfriarlo en el congelador durante algún tiempo y en el momento de consumir triturarlo con una batidora potente.

Té frío: una opción sana y refrescante que, además, nos aporta muchísima energía. Los tés fríos son muy fáciles de preparar, podemos utilizar cualquier tipo de té (té verde, té negro, té rojo…, en definitiva, el que más te guste) y bastará con preparar el té y añadir hielos o bien dejarlo enfriar en la nevera durante unas horas. Si quieres aromatizarlo, puedes añadir alguna fruta mientras enfría o un poco de menta. ¡Te encantará el resultado!