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Pero nunca, nunca

NUNCA comas estos 7 alimentos para desayunar

Si no quieres aumentar de peso a lo loco, aparta de tu primera comida del día estos 7 alimentos.

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Hacer mal la primera comida del día equivale a hacernos el hara-kiri nutricionalmente. Es el momento en el que nuestro cuerpo espera recibir un cóctel de nutrientes para empezar el día y, si no le damos lo que necesita, nuestro rendimiento puede resentirse. Es más, hay una serie de alimentos de consumo común en el desayuno que los nutricionistas recomiendan desterrar para siempre. Es posible que tú mismo que estás leyendo estas líneas, los tomes a diario. ¿Quieres saber cuáles son? Atiende.

Cereales con leche
Cereales con leche | Pixabay

Cereales de desayuno. Como su propio nombre indica, los tenemos identificados con el desayuno totalmente, ya se trate de copos de maíz, algún tipo de muesli o trigo con chocolate. El problema que tienen es su altísimo contenido en azúcar que tratan de enmascarar resaltando que son ricos en minerales, vitaminas o fibra. De acuerdo con eso, pero si no tuvieran azúcar serían muchísimo mejores de lo que son ahora mismo.

Mermelada de moras
Mermelada de moras | Pixabay

Mermelada. Al final claudicamos y dejamos de tomar crema de cacao con avellanas para pasarnos a la mermelada. Pues bien, el resultado es que, si, contienen fruta, pero mucha o poco dependiendo del fabricante. El resto pueden ser azúcar (de nuevo), grasas añadidas y demás cositas que no nos interesan nada. Mucho mejor es machacar en el momento unas moras o un melocotón maduro... O comer la fruta entera, directamente.

Barras de cereales. La opción ideal para todos aquellos que viven a la carrera (que son/somos muchos). Con el pretexto de "necesitar energía" para todo el día, cogemos una barra de cereales y la vamos comiendo camino del trabajo, la universidad o nuestro quehacer diario... La clave está en leer el etiquetado para descubrir si los cereales que incluye son integrales o no, si tiene grasas añadidas o su contenido de (otra vez) azúcar.

Yogur
Yogur | iStock

Yogur. No falta quien descubre las bondades de cambiar el café con leche por un yogur con fruta o muesli. Aquí volvemos a encontrarnos con el espinoso tema del azúcar añadido, que en algunos yogures de sabores puede llegar a ser una gran parte. Además, hay que tener en cuenta que, si lo tomamos entero, también es rico en grasas, un aspecto que debemos vigilar. Desnatado y natural (y artesano, si puede ser) es la clave para que todo vaya bien.

Bebidas de naranja. Por supuesto, nada que objetar a aquellos zumos que alguien hace en su casa, comprando naranjas en la tienda y sacándoles el jugo alegre mientras canta una tonada o a los zumos provenientes de naranja exprimida. El rechazo viene, de nuevo, a aquellas bebidas industriales que vienen cargaditas de, ¿hace falta decirlo?, azúcar y sustancias artificiales de toda índole para darle color y aroma. Al final, el contenido REAL de naranja es mínimo y no se vería ni con un microscopio. Hay que distinguir entre zumo exprimido, zumo procedente de concentrado, néctar o simplemente, bebida de naranja. Cada etiqueta es un mundo y conviene leérselas atentamente.

Batidos de proteína. Es esta una opción muy de moda, sobre todo para aquellos apasionados del deporte que no pueden pasar ni un día sin esculpir su cuerpo. ¿El problema? Que los que vienen ya preparados traen sustancias artificiales a tope. Por otro lado, sustituir una comida sólida por una líquida puede hacer que nuestro cuerpo gruña y pida más a media mañana. Como resultado final, por tanto, acabamos asaltando la nevera a mediodía. Mal negocio.

Sin gluten
Sin gluten | Sarah – Flickr

Bollería y galletas sin gluten. Apuntarse a la moda del 'sin gluten' cuando no hay problemas de intolerancia ni de celiaquía puede traer consecuencias. Es cierto que puedes pensar que le estás haciendo un favor a tu cuerpo, pero, ojito, porque muchos productos de desayuno -galletas, bollería, etc- sin gluten tienen un lado oscuro: más grasas, más azúcar o incluso sustancias artificiales debido a que son ul-tra-pro-ce-sa-dos. Fíjate bien.

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