Es salir de casa y perder peso
Ocho motivos por los que adelgazamos al viajar
El estrés y la emoción de iniciar un viaje o el cambio de hábitos son factores que pueden influir en que dejemos unos kilillos por el camino. Os explicamos por qué adelgazamos en cuanto nos ponemos en carretera, pillamos un tren o cogemos un avión.
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Viajar permite conocer lugares nuevos, dejarse llevar por la aventura, disfrutar de nuevas comidas y culturas... Sí, viajar enriquece física y mentalmente pero, además, ¡adelgaza! El hotel 'healthy' Barceló Montecastillo expone ocho motivos no tan obvios que nos ayudan a perder unos kilos:
- Por el estrés.No hay lugar a dudas de que el viajar provoca estrés de diferentes maneras, ya que se pasa de una estudiada rutina a lo desconocido en cuestión de horas. No importa la sensación de relax que se experimenta al llegar al lugar de destino, el previo en el aeropuerto o en la estación de tren siempre se hace eterno. Es en esos momentos, cuando uno se deja llevar por los nervios y ¡adelgaza!
- Por la emoción. Vendría a tener los mismos efectos que el estrés, pero, además, obviando la parte negativa de éste. Sí, cada viaje que iniciamos, hace nacer en nosotros una serie de emociones por el destino al que vamos que nos hace, de manera inconsciente muchas veces, dejar de lado la comida.
- Por la curiosidad.Los lugares nuevos e interesantes que vamos a visitar estimulan la curiosidad y las ganas de ir de un lado para otro. Esto nos lleva a, nuevamente, anteponer, esos planes a llenar el estómago.
- Por ese momento de perderse.Una consecuencia inevitable de andar de un lugar a otro, es que existe la posibilidad de perderse. Ir por una calle, tomar la siguiente rotonda, dar vueltas sin sentido… ¿Un paseo en balde? Para nada, ¡viva la falta de orientación!
- Por la falta de sueño. El jet lag o el adaptarse a un ritmo de vida diferente es, en ocasiones, molesto, aunque siempre hay que mirar el lado positivo, ya que se trata de una inquietud que cambia el metabolismo y lo acelera, haciendo que se adelgace.
- Por la propia comida. Aunque creamos que viajando se come más, esto no es siempre cierto. Cuando se viaja, no se tiene porque renunciar a la comida sana y saludable. Muchas veces los hoteles cuentan con opciones perfectas para aquellos que desean cuidarse y, de hecho, cada vez hay más preocupación, en cualquier parte del mundo, por comer de manera equilibrada.
- Por mimetizarse con el ambiente.Uno de los beneficios más conocidos de viajar es salir de la rutina y de la mentalidad del día a día. Ciertos hábitos menos beneficiosos como la tapa antes de comer son sustituidos cuando se viaja.
- Por el... dinero. Con el dinero invertido en el viaje, muchas veces se tiende a recortar o a ahorrar dinero en otros aspectos del viaje, como en la comida. Muchas veces un sándwich o una ensalada sustituyen la comida o plato principal, haciendo que se coma menos y se pierda peso
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