La otra cara de Ibiza: tradición y sostenibilidad

Paisajes de ensueño, sabores tradicionales e innovación nos acompañan en este recorrido por algunos restaurantes de Ibiza donde degustar la gran calidad del producto ibicenco.

¿A qué sabe Ibiza?

Plantaciones de almendros, fresas, azafrán, o patata ibicenca, se abren paso en los paisajes de la isla. Son los productores locales los encargados de trabajar los cultivos ecológicos que más tarde distribuirán a las cocinas de restaurantes de la talla de Únic, Es Ventall, Can Mussonet o S’Illa des Bosc.

En toda la isla somos testigo de la apuesta por la recuperación de productos tradicionales como la harina de xeixa, o del esfuerzo por mantener vivas las producciones siguiendo técnicas tradicionales, como la elaboración de quesos o sobrasadas locales. Esto es posible gracias al trabajo de los productores de la zona y al compromiso de chefs que apuestan por una cocina con producto local.

La innovación también tiene un papel clave para los productores de la isla y el algarrobo es buen ejemplo de ello. Con increíbles propiedades nutricionales que lo convierten en un superalimento, los productos derivados de la algarroba como la harina, siropes, chocolates, batidos, o licores, dan lugar a una gran variedad de recetas.

Tuvimos, por ejemplo, el gusto de probar la tartaleta de cuïnat de N’Antonia, un plato típico ibicenco de Semana Santa que Antonia Cardona y José Miguel Bonet del restaurante Es Ventall elaboran con una base de algarroba y espuma de limón. Sin duda, uno de sus platos estrella.

Una Ibiza sostenible

El mar, la biodiversidad de la isla y la cercanía entre el productor y las cocinas, permiten al visitante disfrutar de sabores únicos de una frescura inigualable.

Recorremos algunos restaurantes de Ibiza donde probar los platos más típicos de la isla; elaboraciones tradicionales con toques vanguardistas cuya base son los productos del mar y de la tierra ibicenca.

Canelón relleno de pollo payés, queso Ses Cabretes con cabrito ibicenco, café de caleta o postre de miel, hidromiel y flores de Ibiza, son solo algunos platos que degustamos de la mano de David Grussaute del restaurante Unic. ¡Una delicia para el paladar!

Llegamos a un un entorno de ensueño, rodeado de aguas cristalinas desde donde se distinguen los islotes protegidos de Es Vedrà, Es Vedranell, Sa Conillera, S’Illa des Bosc, Ses Bledes y S’Espartar. El chef Miguel Cantero del restaurante S’Illa D’es Bosc, nos ofrece la ensalada payesa con productos frescos locales, coca de caballa con pimientos y menta, y una soberbia frita de pulpo. El lugar ideal para disfrutar de la gastronomía de Ibiza con una panorámica inigualable.

Ya en el interior de la isla encontramos Can Mussonet, un restaurante con mucha historia y tradición ibicenca donde la familia está presente en cada rincón. Las croquetas de butifarrón ibicenco sobre puré de boniato rojo asado, el rossejat de fideos con lomos de caramel -pescado típico de la isla- o la paletilla de cordero entreasada sobre patata ibicenca al aroma de romero, delicias en las que destaca el sabor de los productos locales. La cocina de Manuel Antón acompañada del entorno de Can Mussonet, definen sin lugar a duda la unión de tradición y modernidad de la cultura de Ibiza.

En un enclave turístico como es Sant Antoni de Portmany, y con un espacio recién remodelado, se ubica Es Ventall. Su imponente cocina de hierro continúa acaparando todas las miradas de quienes nos acercamos a degustar la gastronomía ibicenca de Antonia Cardona y José Miguel Bonet. Con una variada oferta de producto de la isla, ilustran su cocina tradicional con toques modernos que enamoran al comensal. Su apuesta por las manitas de porc negre con espardeñas y berenjena ahumada, la tartaleta de cuïnat que mencionamos anteriormente, o el arroz cremoso de rape y gamba ibicenca, dan paso a un llamativo postre elaborado por un jovencísimo Matías Trelis; el punto final perfecto a un paseo por la gastronomía de Ibiza.

Una vez más la gastronomía ibicenca nos enamora. La calidad de sus productos, el amor por sus tradiciones y las ganas de transmitir su cultura y emociones, hacen que queramos volver, disfrutar de la otra cara de Ibiza, seguir conociendo sus costumbres, sus sabores, su forma de vida, sus paisajes y, por supuesto, su gente.

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