Sus creadores aseguran que funciona en media hora
Probamos la bebida milagrosa conta la resaca que han inventado tres gallegos
Nos levantamos con ligeras náuseas y el estómago del revés. ¿Podrá con esto este elixir?
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Aunque seamos monjes durante la semana, el sábado noche es ese momento en el que toca soltarse un poco la melena. Y el autor de este artículo así lo hizo: un par de cervecitas con amigos, una botella de vino compartida durante la cena y un digestivo para terminar. El domingo por la mañana hace honor a esa frase tan manida, aunque no por ello menos cierta, de 'noches alegres, mañanas tristes'. O por así decirlo, nuestra amiga la resaca. Pero esta vez teníamos un plan.
El plan se llama Refix y es una bebida isotónica creada por un trío de emprendedores gallegos: Raúl Álvarez, Lois Álvarez y Felipe Teixeira. Ellos aseguran que bebiendo un par de botellas de 25 centilitros la resaca se 'cura' en media hora. ¿Será posible?
Lo primero que llama la atención sobre Refix es que no sigue una receta complicadísima. Nada más lejos de la realidad. La base es agua de mar extraída del Oceano Atlántico en la Costa da Morte. Aparte de eso, un poquito más de agua de manantial, zumo de limones y estevia natural. Nada de aditivos químicos ni azúcar añadido, lo que la convierte, según sus creadores, en “la primera bebida isotónica totalmente natural del mercado”.
Pues nada, vamos a probar. Los síntomas eran los clásicos en la resaca: cabeza embotada, sensación de deshidratación, estómago ligeramente revuelto y, en general, pocas ganas de moverse de la cama. Abrimos una botella de Refix. Lo primero que llama la atención es que no es nada dulce, apenas un leve golpe para acompañar una bebida con sabor a agua salada. Es casi como cuando bebes un poco de agua de la playa, con un toque cítrico. Recuerda más al suero fisiológico que a otras bebidas isotónicas del mercado. No parece un refresco, sino que da la impresión de ser un reconstituyente que te pudiera recetar un médico. El sabor no es desagradable, aunque no nos vemos pidiéndola para acompañar un menú. La cuestión es, ¿funciona? Dejamos que pasen los minutos. Nos hacemos un zumo de naranja para completar el desayuno reconstituyente y comemos una tostadita de pan. Nada de café, por aquello de no ahondar en la deshidratación.
A los 20 minutos notamos una sensación de frescor: no es que la resaca se haya ido, pero sí que la impresión que notamos en la boca es similar a cuando metes la cabeza en el mar. La sensación es de que estamos más hidratados. Buena señal. Al mismo tiempo, nuestro estómago se asienta –aunque esto también puede deberse a que hemos comido algo- y recuperamos una parte de nuestra capacidad de concentración. No toda, la resaca sigue ahí, pero disimulada, como cuando nos tomamos una cerveza al día siguiente, pero en una versión más saludable, claro.
¿Qué ha pasado? Según los fundadores de Refix, lo que ofrece su bebida es un contenido en sales minerales que recarga nuestro cuerpo combatiendo la deshidratación severa que causa el alcohol. Abrimos una segunda botella con una meta en el horizonte: escribir este artículo sin que nos cueste la vida. Son las 12 de la mañana, hace dos horas que nos hemos levantado y podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que vamos a poder tener un día productivo pese a la resaca.
Han pasado cinco horas desde que nos levantáramos. Es la hora de comer y lo hacemos con una sensación de resaca atenuada. Sin duda, Refix ha funcionado razonablemente. Es cierto que no ha eliminado totalmente la bajona del día siguiente, pero sí que la ha disimulado bastante como para que el día no se haga tan cuesta arriba. La única duda que nos queda es, ¿hubiéramos conseguido lo mismo con suero fisiológico, ya que es a lo que más nos ha recordado? Pues quizá sí, pero no nos engañemos, Refix es una opción más agradable.
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