Si eres diestro, con la izquierda, y si eres zurdo, al revés
¿Quieres un truco para adelgazar? Come con tu mano 'mala'
¿Y si la clave para perder peso no estuviera en lo que comemos sino en cómo lo comemos? Brandon Nguyen, 'coach' y asesor, nos recomienda comer con nuestra mano no dominante para ingerir menos cantidad. Toma ya.
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Dejaos de contar calorías, de pesar vuestros filetes o de leer etiquetas a la búsqueda de azúcar o grasas trans en ese pan de molde que os zampáis. No es lo que coméis, sino CÓMO coméis. Brandon Nguyen, 'coach' y asesor en estilo de vida ha publicado en el sitio de preguntas y respuestas Quora una idea que, según él, puede ser decisiva para perder peso. Se trata, ni más de menos, de comer con la mano 'no dominante'. En el caso de los diestros, hablaríamos de la mano izquierda. En el caso de los zurdos, de la derecha.
Pero, escuchemos a Nguyen: "Es una manera sencilla de comer de manera más lenta y deliberada. Puede ser que hacerlo en todas las comidas sea demasiado, pero intentarlo en la cena, al principio, puede ser suficiente ya que es el momento en el que más tendemos a comer demasiado. La razón es que, así, se tarda más tiempo en comer, con lo que el estómago avisa antes al cerebro de que está lleno". Sobre si funciona, Nguyen da incluso un dato (procedente de un estudio de una universidad californiana): "Las personas que comen con su mano 'mala' reducen un 30% la cantidad de alimento que ingieren". En ese estudio se establecía que si la persona rompe la secuencia física con la que lleva a cabo el acto automático de comer, gana más control sobre la cantidad que se ingiere.
Ojo, que no se trata de coger el tenedor con la izquierda (si somos diestros) y el cuchillo con la derecha cuando tengamos delante un plato de carne o de pescado. Eso sería lo normal: Nguyen se refiere a los platos que se comen con un solo cubierto: es decir, en el caso de los espaguetis cogeríamos el tenedor con la mano mala y cuando se trate de una sopa, igualmente.
Hemos hecho la prueba: con un plato de macarrones delante, hemos utilizado nuestra mano mala para comer. Efectivamente, cuesta un poquito más llevarse la comida a la boca. Lo que dice Nguyen es totalmente cierto. Se tarda más tiempo en comer el plato y nos cansamos antes. Si con nuestra mano nueva, el plato hubiera quedado limpio, con la alternativa nos hemos dejado un puñadito.
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