Hábitos alimenticios que deberías dejar
¿No rindes en el curro? Es porque comes así
Es posible que estés rindiendo de manera inadecuada en el trabajo y también es posible que los hábitos alimenticios que sigues a diario tengan mucho que ver en ello. Cambia todo esto y serás un hombre nuevo
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¿Te sobas en el curro delante del ordenador? ¿Muchas veces te sientes como un personaje de 'The office', totalmente desmotivado y sin ganas de nada? Pues amigo, es más que posible que parte de lo que te sucede sea culpa de cómo comes en el curro... bueno, y la otra mitad del Farmville que te trae loco. Pero eso ya es harina de otro costal.
Evita la comida basura. ¿Todos los miércoles vais a por pizzas y hamburguesas y luego nadie da ni golpe por la tarde? No nos sorprende y a ti tampoco debería llamarte la atención. Las grasas saturadas de la comida rápida hacen que te sientas cansado y los azúcares añadidos que contienen te dejarán en estado comatoso poco después de haberte terminado el almuerzo.
No te jartes a mediodía. Los expertos en racionalizar los horarios llevan años advirtiéndonos de que invertimos demasiado tiempo en comer. Los restaurantes del menú del día parecen la mejor opción para estar alimentado pero el problema llega cuando tras dos platos, una o dos copas de vino y un postre tratamos de seguir trabajando. Misión imposible: mejor ser más frugal.
No te saltes el desayuno. Esta es una mala idea por varias razones. La primera, que vas a estar pensando en el momento en el que llegue (al fin) la hora del almuerzo en una versión comilona del "¿cuándo llegamos?" de los niños en el coche. La segunda, que vas a estar bajo de energía porque tu cuerpo no tendrá nutrientes de los que tirar, con lo que perderás en eficiencia y capacidad de trabajo.
No te pongas ciego de carne. No, no hace falta que destierres la carne de tu dieta de manera permanente. Lo único que te estamos recomendando aquí es que, durante tu horario laboral, no te atiborres. El alto contenido en grasa de la carne te hará sentir somnoliento y su elevada carga proteínica también te puede conducir a un estado de ensimismamiento próximo a la siesta.
Ni leche, ni pechuga de pavo, ni queso con el estómago vacío. Estos tres alimentos son ricos en triptófano, que es un aminoácido que, tomado en cantidades importantes, induce al sueño. Sí, de aquí viene lo de beberse un vaso de leche calentita para coger el sueño. Y esto está bien, ojo, pero no cuando tienes que hacer cinco Excel para un cliente.
Apuesta por lo integral. Frente al arroz, la pasta o el pan blancos, comer integral permite disfrutar de una digestión más lenta y sostenida en el tiempo. Esto quiere decir que no te sobrevendrá la bajona y que podrás mantener durante más tiempo los niveles de energía óptimos para seguir trabajando. Es una pequeña diferencia pero el cambio resulta fundamental.
Hidrátate. Si eres de esos que se ríen inmisericordemente el compi que bebe agua de una botella como si estuviera corriendo una maratón en lugar de mandando mails, arrepiéntete. Mantenerse hidratado es clave durante la jornada laboral ya que es el agua el que se encarga de transportar los nutrientes por el cuerpo. Si no lo haces adecuadamente, te sentirás cansado.
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