Tranqui, que con esto no engordarás
Seis alimentos que puedes picotear antes de irte a la cama sin sentirte culpable
Cambia chocolate, patatas fritas o helado por estas alternativas 'healthy' y nunca volverás a meterte en la cama con la sensación de haberte comido un buey. Palabrita.
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¿Quién se resiste a, con la tele emitiendo Tu cara me suena, a comer una onza de chocolate? ¿Hay alguien libre de pecar? Si es así, que tire la primera piedra... El problema es que luego empiezan las lamentaciones. Que si "a quién se le ocurre", que si "ya verás mañana las lorzas", que si "cómo me arrepiento...". Pues tranquilos todos, aquí llegan seis opciones de picoteo nocturno que evitarán que, al día siguiente, te des cabezazos contra las paredes.
¡Manzanita! Ojo, que no nos referimos al afamado cantaor flamenco, sino a la fruta por excelencia de los sanotes. Ya sabéis, "an apple a day keeps the doctor away...". Es decir, que comiendo una manzana cada día no veremos a un doctor ni en pintura. Además, es rica en fibra, muy saciante y, lo mejor, casi nula en calorías. Un plus: masticarla entretiene durante un rato... Un rato en el que no estamos comiendo patatas ni inflándonos a chuches.
Un bol de cereales. Ojo, que no nos referimos aquí a esas versiones azucaradas y chocolateadas que hacen las delicias de todos, sino de sus variantes a partir de cereales integrales y que pueden disfrutarse sin tanto sentimiento de culpa. ¿Recordáis el anuncio en el que se nos animaba a cenar cereales sin complejos? Bueno, pues se referían a estos, ricos en fibra, fáciles de digerir y con no más de 200 calorías. Un poco de leche (desnatada) tampoco viene mal.
Al rico yogur... Desnatado, eso sí. Tomar un yogurcito antes de irse al catre es bueno por dos razones. Por un lado, está el hecho de que es rico en triptófano, una sustancia que induce al sueño. Por otro, su contenido probiótico, que tiene un efecto relajante sobre el estómago que permite conciliar el sueño mejor. Además, si es desnatado no aportará más de 150 calorías.
Sí a la pechuga de pavo. La receta más fácil del mundo: se compra un paquete de pechuga de pavo, se abre, se saca una loncha y se ingiere. Así de sencillo. Aquí también nos encontramos con el triptófano que nos permite dormir como bebés. De nuevo, la carga calórica es prácticamente irrisoria. Por apenas 150 calorías, podremos disfrutar de un snack sabroso antes de encamarnos.
Platanito, platanito. También llamado "banana" por los modernos, un plátano es uno de los snacks más facilones y que mejor nos viene si no queremos pringarnos en los fogones. Tan fácil como abrirlo y comerlo. Sin más. Rico en, adivinad, ¡triptófano! y con un importante contenido en fibra saciante que nos evitará pegarnos el atracón. Y lo mejor: apenas 100 calorías por cada unidad.
Crudités de verduras. Cambiar unas patatas, unos ganchitos de queso y unas cortezas de cerdo por unos bastoncitos de zanahoria y pepino, entre otras verduras, es una idea magnífica si queremos mantener el tipín. Apenas tienen calorías, te llenan y, además, tienen un toque crunchy interesante. Eso sí, sumergir los crudités en salsa engordante es hacer trampa...
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