La revolución líquida
'Souping', la nueva tendencia para adelgazar es tomar...sopas
Olvídate de los zumitos, la nueva tendencia para perder peso es incorporar la sopa a nuetra dieta. No se trata de tomar únicamente sopa, ojo, pero sí de que esté más presente en nuestra alimentación.
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Es como si te estuviéramos viendo: llegaste a casa con tu arsenal de zumos embotellados sanos que te habían costado 100 euros. Comenzaste tu dieta exprés: que si primero el 'amanecer glorioso', que si luego el 'quiérete a ti mismo', pasando por el 'revolución verde' y el 'poder detox a saco paco'. Después de dos días pasando más ganas de morder un cacho de pan que de lanzarle el portátil a tu jefe a la cabeza, te pesaste y ahí vino el drama: ni un solo gramo perdido y 100 pavos menos en la cuenta.
Sí, los tratamientos intensivos a base de zumos parece que no han sido la panacea. Por eso, desde hace algún tiempo, los expertos en tendencias han fijado sus ojos en otra receta líquida más nutritiva: la sopa. Y aunque esto os suene a la famosa dieta de la sopa (que también tiene su pedrada), esto es diferente. No solo la sopa de abuela con su caldo de pollo, claro, sino todo tipo de combinaciones abracadabrantes. Es decir, hay más variedad, más sabor y, desde luego, más nutrientes que en la dieta del zumito. Eso sí, os explicamos cinco cositas interesantes que debéis saber si queréis practicar el 'souping'.
- Te aporta nutrientes. Es evidente que sopas que incluyan caldo de pollo y vegetales van a ser nutritivas. Tendremos proteínas animales, algo de carbohidrato, fibra, vitaminas, etc. En este sentido, el 'souping' es una tendencia que hace que tu cuerpo reciba la mayoría de las cantidades diarias recomendadas de los componentes esenciales para nuestro cuerpo. Además, una parte importante es agua, con lo que la hidratación está asegurada. También hay que señalar que un plato de sopa es una cantidad importante con lo que, además, tendremos la sensación de estar metiéndonos bastante volumen entre pecho y espalda.
- No vale todo. El concepto sopa es muy amplio y hay variedades que conviene evitar. Por ejemplo, todas las recetas que lleven incorporada nata o quesos en porciones. Es decir, que para que el 'souping' sea realmente bajo en calorías y no incorpore una cantidad excesiva de grasas, conviene desterrar las opciones más 'cremosas'. También hay que tener cuidado con otros añadidos poco saludables como los cubitos de caldo concentrado, por ejemplo. El caldo de pollo que compramos en tetra brik en el supermercado puede contener azúcar y otros ingredientes no deseados: mejor mirar la etiqueta o, por supuesto, hacerlo nosotros mismos en casa.
- No es una dieta a largo plazo. Es absurdo pensar en que vamos a poder vivir toda nuestra vida a base de sopa. No se puede considerar el 'souping' una dieta a largo plazo, aunque hagamos magia a diario y tratemos de no repetir receta jamás. Seamos sinceros: tras tres o cuatro días a base de sopitas, por muy variadas, que hayan sido, nuestro cuerpo gritará "¡quiero morder algo!" o bien "¡necesito algo crujiente!". Por eso...
- Si incorporáis algo crujiente, mejor. Evidentemente. El juego de texturas desempeña un papel importante en el placer que obtenemos a partir de la comida. Pero, ojo, no se trata de meter croutons de pan frito ni tiras de bacon. Eso lo único que va a hacer es añadir calorías a vuestra sopa. Más bien tendréis que optar por crudités de verdura, picaditos como los que a veces ponemos en el gazpacho y cosas así.
- Se trata de introducir buenos hábitos alimenticios. Entonces, os preguntaréis, ¿cuál es el verdadero objetivo del 'souping'? Los nutricionistas no se cansan de decir que, más importante que seguir dietas efímeras, es introducir buenos hábitos alimenticios. Y en ese sentido, el 'souping' puede hacer eso por nosotro e introducirnos en un mundillo, el de las sopas, en el que hay mucho más que la típica con fideos y caldo de pollo o el gazpacho. Un universo entero está por descubrir. Y eso mola.
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