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DOP, Windsor y Joël’s Oyster Bar

Tres restaurantes con terraza en los que disfrutar del buen tiempo en Barcelona

No son, probablemente, las terrazas más conocidas ni las más frecuentadas. Pero precisamente por eso nos gustan estos locales que cuentan con espacios al aire libre ideales para disfrutar de la primavera barcelonesa. Hemos seleccionado estos cuatro, para todos los gustos, deseos y bolsillos, a cual mejor.

dop

Nadie diría que este remanso de paz se halla en plena Via Augusta. Cocinatis

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DOP
En la zona alta encontramos este restaurante amplísimo y agradable, con una sorprendente carta de vinos firmada por Arnau Marco –un hombre que nunca se cansa de investigar en la materia y siempre está dispuesto a ir más allá de El Perro Verde–, que tras un cambio de dueños y una remolelación integral se ha convertido en ese lugar en el que comer bien cuando nos hallamos por las inmediaciones de Via Augusta. Lo primero que nos llama la atención es un local grande y luminoso, que, además del comedor, cuenta con una gran barra con vistas a la cocina, además de con una increíble terraza que se ha hecho muy popular entre los habitantes de la zona.

DOP ofrece una cocina mediterránea de mercado elaborada con productos frescos de temporada y cuenta con una carta amplia, muy completa, en la que encontramos desde arroces a tapas clásicas y pescados. A cargo del joven chef Juanjo Martínez, que ha pasado por cocinas como la de Jean Luc Figueras, este elegante local cuenta con platos tan notables como unas navajas cocinadas a baja temperatura, un tataki rebozado con sésamo y acompañado de helado de wasabi, y en general una oferta de pescados muy frescos que en ocasiones pesca directamente Guillermo, uno de sus propietarios.

Todas ellas, por no hablar de sus carnes (tienen un cordero excelente), opciones muy interesantes que recomendamos degustar en su estupenda terraza interior ajardinada, un reducto de paz y buenas vibraciones –con estufas para cuando el tiempo esté cambiante– en el que pronto habrá unos sofás para quienes busquen tomar una copa después de cenar.

DOP. Via Augusta, 234.

JOËL'S OYSTER BAR
No tiene nada que ver con la terraza anterior y, sin embargo, podrían competir en carisma. Del gran espacio de DOP a las tres mesillas que encontramos en el exterior de este nuevo proyecto ubicado en uno de los lugares más bonitos de Barcelona: los arcos del Mercat de la Boqueria, junto al Paella Bar, con trepidantes vistas al ajetreo del mercado. A cargo de este bar especializado nada menos que en ostras encontramos a Romain Fornell (Caelis, Cafe Emma) y a Oscar Manresa (Kawai), que han querido recrear el ambiente de los típicos bares de ostras tan populares en Francia, con un ambiente informal y distendido y generalmente cercanos a los mercados.

Además de las ostras, el local cuenta con una amplia oferta de marisco de primera calidad –bogavante, langostinos y king crab-, servido siempre en frío. También tiene pescados crudos marinados –tartar y ceviche-, así como una selección de caviar. Y todo ello en un local de apenas 35 metros cuadrados con una terraza que por sí sola bien vale una visita al mercado.

Joël's Oyster Bar. Plaza Sant Josep, 7.

WINDSOR
El restaurante Windsor es diferente a casi todos los que hay en Barcelona porque está ubicado en un lugar único y señorial como pocos: los bajos de una finca modernista de la calle de Còrsega, junto a la Rambla de Catalunya, la Diagonal y el Passeig de Gràcia. Y pese a estar en un sitio céntrico, es muy tranquilo, entre otras cosas gracias a la terraza-jardín interior, donde se puede degustar de una manera más informal la carta de cocina catalana actualizada que ofrece este establecimiento, un emblema de la capital catalana desde que abrió hace 20 años. Lo bueno de esta terraza es que cuenta con un mecanismo automático que permite abrirla o cerrarla en cuestión de segundos en función del tiempo que haga.

Pero la terraza es sólo un gancho más a los que ya tiene Windsor: una bodega amplia que se ofrece en tabletas digitales, una decoración sofisticada con obras de arte colgando de las paredes y lámparas centenarias de los techos con molduras y relieves originales, flores frescas, moqueta mullida, trato amable y cercano... y esa elegancia con sabor de antaño actualmente tan cara de ver.

Windsor. Còrsega, 286.

 

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