Las claves para mantener tu peso ideal
Trucos para engañar a tu cerebro y que piense que no tiene hambre
¿Es hambre lo que realmente tengo? Engañar al cerebro para que se sienta saciado es mucho más fácil de lo que piensas.
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Hacer que tu cerebro piense que, en realidad, no tiene hambre, a priori no parece una tarea demasiado fácil, ya que se trata de luchar contra la programación biológica. Pero si quieres adelgazar, no puedes permitir que el cerebro se adueñe de tus hábitos alimenticios.
El cerebro juega un papel muy importante y dominante en nuestro cuerpo y a veces puede ser un obstáculo si tu meta es adelgazar. El apetito y la saciedad dependen del cerebro y eso significa que la dieta se puede ver arruinada en cualquier momento.
Tras un periodo de tiempo largo, en el que el cuerpo se ha sometido a una dieta estricta, las neuronas en tu cerebro se desatan y esto provoca que tu cerebro te “obligue” a consumir alimentos menos saludables y en mayor cantidad.
Existen trucos eficaces para engañar al cerebro que te permitirán evitar los ataques de hambre intensos y sentirte más satisfecha tras las comidas:
Haz hincapié en el desayuno
El desayuno es, por norma, la comida más importante del día. ¡Esmérate! No solo aporta energía, un buen desayuno también hace que la sensación de saciedad se mantenga durante varias horas.
Las proteínas tienen un gran efecto saciante, así que es es importante que en tus desayunos estén presentes. También cereales integrales y fruta, que son ricos en fibra de calidad. No lo dudes y apuesta por desayunos completos.
No se trata de desechar los alimentos saturados
Es posible engañar a tu cerebro, aun comiendo alimento procesados. La clave está en reducir el consumo de alimentos procesados en tu dieta y al mismo tiempo aumentar la cantidad de alimentos naturales. Lo ideal es comer entre un 70 y 80 % natural y el resto procesado. De esta forma tu cerebro se sentirá saciado, sin quitarle ese tipo de alimentos que pide, pero comiendo de una forma saludable.
Come cada 3 o 4 horas
Es una forma perfecta para bajar o mantener tu peso ideal. Mantener el cuerpo continuamente en funcionamiento es genial para mantener el metabolismo activo. Comer platos más pequeños de comida cada poco tiempo, evitará los atracones de comida. Saltarse comidas no ayuda, ya que luego comerás más.
Comer despacio
Es una buena forma de engañar al cerebro cuando estás comiendo. Algunos estudios consideran que tu cerebro y tu estómago sienten la sensación de saciedad tras los primeros 20 minutos de estar comiendo. De esta forma al cerebro le llega la información de que está recibiendo nutrientes y la saciedad llega antes.
Además, al comer despacio se beben más líquidos y se ingieren menos calorías, algo muy recomendable si el objetivo es adelgazar.
Pon a la vista lo más saludable
¿A quién no le apetece picar algo de vez en cuando? Si cuando abres los armarios de la cocina encuentras tentempiés saludables, con pocas grasas y calorías, será más fácil mantener la línea. Puedes picar, pero alimentos lo más naturales posibles.
Tomar chicle
Es una buena forma de engañar tanto al cerebro, como al estómago. Entre otras cosas el chicle ayuda a combatir la ansiedad, el estrés y mejora el ánimo.
Descansa
Dormir bien, descansando, favorecerá a que tu estómago proteste menos. El cerebro manda y si no descansas bien, reclamará energía a través de la comida. Y ante un ataque de hambre, no recurrirás a alimentos saludables.
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