Trucos para engañar al estómago cuando tienes hambre y no picotear caprichitos

1- Acostúmbrate a desayunar, comer y cenar siempre a la misma hora. Si consigues tener horarios regulares, tu cuerpo se acostumbrará. De esta forma será más fácil sobrellevar los atracones entre horas.

2- No te olvides de las meriendas. Los niños suelen merendar todos los días. Sin embargo, esta costumbre suele perderse con el paso del tiempo. En realidad, deberías recuperar la sana costumbre de comer algo a media mañana y a media tarde, para evitar tener ataques de hambre incontrolada durante el día.

3- Las meriendas nos ayudan a no llegar a las comidas principales con el estomago totalmente vacío, pero también suelen ser las comidas que menos planeamos. Terminamos comprando un bocadillo en el bar de la esquina, o zampándonos un bollo industrial entre reunión y reunión. Planificar las meriendas es muy importante a la hora de hacer la compra: frutos secos, fruta, yogures, incluso bocadillos pueden ser opciones muy saludables.

4- Si sigues a rajatabla los pasos anteriores pero los atracones no te dejan vivir, bebe agua (o infusiones). Los líquidos llenan el estómago, calmando temporalmente la sensación de hambre. Pero cuidado, hemos dicho agua o infusiones. Tomar refrescos, bebidas azucaradas o cafés con leche a más no poder tendrá un efecto negativo ya que estarás consumiendo azúcares y grasas innecesarias.

5- Otra forma de decirle a tu estómago que estás comiendo cuando en realidad no lo haces es masticar chicle. Parece absurdo, pero funciona.

6- Si ya has bebido agua, has masticado chicle y nada funciona, intenta aguantar 20 minutos. Está demostrado científicamente que la sensación de hambre se pasa si conseguimos esperar alrededor de 20 minutos. Nuestro cuerpo volverá a enviarnos señales de hambre pasado un tiempo, pero ya estaremos más cerca del horario de merendar o comer, y aguantar será más fácil.

7- Consume grasas saludables. Nos referimos al aceite de oliva, frutos secos y semillas, así como aguacate, mantequilla de cacahuete o leche de coco. Si consumes este tipo de grasas sin excederte, tu cerebro tendrá una sensación de saciedad y dejará de enviarte señales de hambre.

8- Duerme al menos siete horas. Descansar bien al menos siete horas es esencial para que nuestro cuerpo se regenere y aproveche al máximo los nutrientes que consumimos a lo largo del día. Además, si tus ataques de hambre son síntomas de ansiedad, dormir bien te ayudará a controlarla.