NO TODO IBA A SER BUENO...
¿De verdad los smoothies engordan?
Nos han vendido que los zumos, batidos y smoothies son la panacea de lo saludable. Pero ojo, porque no es oro todo lo que reluce: según los ingredientes que utilices pueden ser una bomba calórica y suponer una verdadera sobredosis de azúcares. Seamos claros: no es lo mismo saludable que hipocalórico.
Publicidad
Nos han vendido que los zumos, batidos y smoothies son la panacea de lo saludable. Pero ojo, porque no es oro todo lo que reluce: según los ingredientes que utilices pueden ser una bomba calórica y suponer una verdadera sobredosis de azúcares (naturales, sí, pero azúcares al fin y al cabo). Seamos claros desde el principio: no es lo mismo saludable que hipocalórico.
Con los smoothies pasa como con las ensaladas. Te estás zampando un bol gigante de ensalada César, con lechuga (hipocalórica pero poco nutritiva), trozos de pollo (rebozado con harina refinada y frito), un buen puñado de picatostes, abundante parmesano (450 calorías por 100 gramos) y todo bañado por una cremosa salsa... ¿aún eres tan iluso como para pensar que por ser una ensalada se trata de una receta saludable? Sentimos desengañarte: te estás enchufando un buen montón de calorías, y esto es equiparable a lo que puede suceder con el mundo de los zumos, batidos y smoothies. Si te descuidas, te puedes estar metiendo 500 calorías entre pecho y espalda de un trago.
Para empezar, un zumo no es lo mismo que un batido y un smoothie. El zumo se elabora extrayendo el líquido de frutas y verduras, con lo cual eliminamos casi toda la fibra que contiene sus ingredientes, un elemento muy valioso si lo que te has propuesto es adelgazar. Además, muchos zumos preparados se elaboran con azúcares refinados añadidos, así que esos deberían quedar automáticamente descartados. El batido se prepara con una batidora que tritura los alimentos, con lo cual no perdemos la fibra; se aprovecha todo, es mucho más contundente y nos permite incluir cosas con poco líquido como el plátano o el aguacate. El término smoothie se equipara a menudo con el batido, pero el smoothie acostumbra a incorporar yogur, helado o nata (o sea grasa y azúcares).
Para saber más, echamos mano de una de las grandes expertas en la materia, Carla Zaplana, autora de los libros “Zumos verdes”, “Superfoods” y “Batidos verdes”. Ella reconoce que según la receta del batido “pueden aportar una buena dosis de calorías” y también azúcares naturales: “todas las frutas los contienen, unas más que otras, por lo que si usamos muchas para elaborar un zumo o batido, nos pueden provocar picos de insulina y glucosa en la sangre”. Difícilmente te comerías una pieza de plátano, otra de manzana, otra de pera, un melocotón y una naranja para desayunar, pero todo junto en un batido, pues igual sí. Imagina el chute de azúcar que eso supone solo para empezar el día.
El peligro de que zumos, batidos y smoothies sean bombas calóricas reside pues en qué y cuántos ingredientes estamos utilizando. Algunos muy usados que deberías controlar si quieres perder peso: plátano (lo puedes sustituir por mango o melocotón), aguacate (se puede cambiar por carne de coco pero no lo descartes por completo ya que sus grasas son estupendas para el tránsito intestinal), açai, higos, uvas, chirimoyas, dátiles, cacao, frutos secos o miel cruda. ¿No hace falta que te hablemos de otros como el azúcar o los lácteos enteros, verdad? Y grábate a fuego que lo más recomendable es tomarlos en su versión verde, con más vegetales y menos frutas.
No obstante, escucha a Carla Zaplana cuando dice: “alimentarse bien no debería ser igual a calcular gramos, calorías ni restricciones. ¡Fluyamos! Seamos más prácticos y no desenfundemos la báscula para calcular gramos”. Nosotros acabamos de poner la nuestra en Wallapop.
Publicidad