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"MALDITO COVID"

Blas Cantó, devastado por la muerte de su abuela por coronavirus poco después de fallecer su padre denuncia el trato recibido: "Nos negó el respirador, engañándonos"

Blas Cantó ha querido compartir con todos sus seguidores el gran dolor que siente por la muerte de su abuela. Un nuevo y duro golpe que se suma al que el cantante sufrió el pasado mes de mayo cuando falleció su padre a los 49 años. El cantante ha confesado estar "roto de dolor" y denuncia el trato que en un principio recibió su abuela.

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El 2020 está siendo un año complicado para todos, pero especialmente para aquellos a los que el coronavirus les está golpeando duramente, como es el caso de Blas Cantó.

El pasado mes de mayo el cantante se enfrentaba a la muerte de su padre, que fallecía con apenas 49 años. Y ahora, se enfrenta de nuevo a nueva y dolorosa pérdida.

Hace días el cantante utilizaba sus redes sociales para enviar un mensaje de apoyo y ánimo a su abuela que estaba enferma, y este miércoles, Blas Cantó ha vuelto a hacer uso de sus redes para comunicar el triste desenlace: su abuela ha fallecido.

"Maldito Covid, malditos los que lo niegan y maldita la muerte. No tenía que ser ahora. Qué injusto, Dios mío. Estoy roto de dolor, pero necesito compartir que acabo de perder a la persona más importante de mi vida, nunca le gustó que la llamara abuela, por eso, hoy, sigue siendo mi madre. La que nos ha enseñado todo, la que me ha criado, la que ha cuidado de mi de pequeño y de grande. De mis primos, de mi madre, de mis tías, de mi chache, de mi abuelo", escribe devastado el cantante.

"Jamás nos imaginamos la vida sin ti, me duele el corazón. Tu hermano Jesús, que te lo quitaron con 30 años, al que tú tanto querías, te recogerá en sus brazos y te llevará a un lugar hermoso. No tengo dudas", añade.

Un post donde además denuncia el trato que en un principio le dieron a su abuela: "Gracias a las enfermeras y enfermeros, médicos que nos dijeron que lo intentarían. Al que nos negó el respirador el primer día, engañándonos y diciéndonos que en ese hospital no tenían, le deseo que su familia no se contagie de esta mierda. Pero a todos los demás que no vieron un número, sino una vida: GRACIAS, mis ángeles. Nuestros mayores nos necesitan hoy más que nunca. No los abandonemos. Muchos salen, muchos se recuperan. No dejemos de protegerlos y de intentarlo. No los releguemos a un número. Ellos nos lo han dado todo, deberíamos ser más agradecidos".

Y finaliza despidiéndose de ella reconociendo que para él su abuela ha sido como una madre: "Mamá, te voy a escribir las canciones más hermosas. Te puedes ir al otro lado, pero siento decirte que una parte de ti se va a quedar aquí para siempre, dentro de mí. Te quiero. Madre de mi alma, madre de mi vida. Madre de mi corazón".

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